Tras alumnos, la Dirección del centro y el Ampa, el último en intervenir este viernes en la concentración celebrada a las puertas del Colegio Pablo Iglesias fue el alcalde, Jaime Ramos, quien pidió la palabra para anunciar a los presentes el encargo realizado a la Policía Local de un informe “que sea concluyente” sobre el tráfico rodado en el entorno en el que se quiere instalar la polémica gasolinera. El fin de dicho estudio es “que nos diga si es viable o no la instalación de este tipo de servicios en esta parte de la ciudad”, decía el alcalde.
Jaime Ramos justificó su presencia en la concentración “porque los padres me lo han pedido” y su deseo de mostrar que personalmente también es contrario “a una gasolinera tan cercana a un lugar sensible” como es un colegio. Por ello, recordaba que su deber es cumplir la normativa y autorizar o denegar el proyecto en función de ésta.
En cualquier caso, confirmó la negociación abierta para tratar de alcanzar un acuerdo de permuta de solares y que la gasolinera no se instale junto al colegio. En última instancia, aseguraba también que en estos momentos el promotor no tiene licencia para su proyecto, por lo que no puede reanudar los trabajos hasta que la obtenga.
La Oposición esperaba más
Las palabras del alcalde no convencieron a todos y tras ellas varios padres y vecinos se le acercaron para demandarle la paralización definitiva del proyecto. También lo hicieron en sus manifestaciones posteriores los representantes de Ganemos y el Grupo Socialista que tomaron parte en la concentración, que coincidieron al lamentar que Jaime Ramos no hubiera sido más concluyente y recordar que en su día el Gobierno Municipal otorgó la primera licencia al controvertido proyecto.
En este sentido, tanto Sonsoles Arnao, por Ganemos, como José Gutiérrez, desde el PSOE, expresaron su convencimiento de que bien por la presión social o vía administrativa, el proyecto de la gasolinera junto al Colegio Pablo Iglesias no será una realidad.