Quedan tres días para que el coliseo madrileño del estadio Vicente Calderón cierre sus puertas. Al Barcelona y al Alavés les cabe el gran honor de clausurar la historia de un campo de fútbol que ha hecho felices a muchas aficiones del país, en general, y a la hinchada colchonera, en particular.
Finalizará así una leyenda futbolística en la que aparecen escrito con letras de oro los nombres de siete toledanos que hicieron historia con el Atlético de Madrid y que consiguieron ganar títulos. En las distintas plantillas de este club han estado presentes un sin fin de jugadores de la provincia, pero únicamente siete de ellos lograron levantar distintas copas hacia el cielo de Madrid a la orilla del Manzanares.
Orozco, el primero
El primero de estos triunfadores en llegar al Atlético de Madrid fue Julio Orozco Martín, un recio ariete de los de entonces, que nació el 14 de mayo de 1948 en Yuncler de la Sagra. La entidad rojiblanca le fichó del CD Toledo, un club que ha traspasado muchos futbolistas al Atlético, en el año 1968. Estuvo bajo la disciplina atlética hasta 1973 y ganó las ligas de 1970 y 1973, además de la Copa del Generalísimo de 1972.
Orozco, que fue su nombre futbolístico, era un hombre de área, gran rematador, dominaba el juego aéreo y que no cesaba de fajarse con los duros defensas de entonces. Del Atlético de Madrid marchó al Málaga, equipo en el que permaneció hasta que en el 1980 decidió colgar las botas.
El mundialista Leal
A Eugenio Leal Vargas le cabe el honor de haber sido el futbolista toledano que más galardones ha conseguido con el Atlético de Madrid. Este centrocampista que nació el 13 de mayo de 1954 en la localidad de Carriches, una pequeña población de la comarca de Torrijos, se vistió de rojiblanco en 1971. Permaneció en al Atlético de Madrid hasta en 1973, en una primera etapa. Jugó cedido en el Sporting de Gijón en la temporada 1973-1974 y retornó al Atleti para permanecer en el club hasta el 1982. Su última campaña en el fútbol fue la 1982-1983, que defendió la elástica del Sabadell.
Leal ganó dos ligas con el Atlético de Madrid, las del 1973 y 1977, y dos copas del Generalísimo: 1972 y 1976.
Eugenio Leal disputó trece encuentros con la selección española bajo las órdenes de Kubala y fue uno de los integrantes del combinado nacional en el Mundial de Argentina. Era un centrocampista completo, de esos que los comentaristas repipis denominan ahora todocampista. Con gran visión de juego, cubría mucho campo y de potente disparo. Saltaba al césped con una protección en la muñeca derecha porque quería protegerse de una antigua lesión que tenía mal curada.
La Copa Intercontinental de Laguna
Otro que ha hecho historia en el Atlético de Madrid y, por ende, en el Calderón ha sido Luis Laguna Gómez. Este defensa, que comenzó de delantero, nació en la Ciudad Imperial el 25 de febrero de 1951. Su primer equipo profesional fue el Tenerife, entidad a la que perteneció la temporada 1971-1972. De aquí pasó al club rojiblanco para estar en el Manzanares hasta 1976. Tras dejar el Atleti estuvo en el Osasuna, Orense, Málaga y Getafe.
Laguna fue uno de los integrantes de aquel equipo que ganó la Copa Intercontinental al San Lorenzo de Almagro en la temporada 1974-1975 y -a la temporada siguiente- también levantó la Copa del Generalísimo.
Es quizá el exfutbolista que más relación continúa teniendo en Toledo. Además, fue uno de aquellos históricos que promulgó el fútbol sala en la capital regional y en el territorio nacional cuando se retiró del balompié.
Ruiz, el más colchonero
De todos los toledanos que han vestido la camiseta del Atlético de Madrid merece especial atención Miguel Ángel Ruiz García. Nacido en Toledo el 5 de enero de 1955, Ruiz llegó al filial del club –que entonces se llamaba Atlético Madrileño- en el año 1975 y estuvo dos temporadas antes del pasar al primer equipo, donde permaneció desde 1977 hasta 1987. Luego disputó tres temporadas con el Málaga –desde 1987 hasta el 1990- y una más con el Albacete.
Ruiz ganó la Copa del Rey de 1985 y la Supercopa de España este mismo año. También fue secretario técnico del Atlético y Español y ahora continúa ligado al club colchonero trabajando con la cantera.
Mejías, a la sombra de Abel
Aunque a Ruiz se le liga, y con razón a esos colores, el que más tiempo los defendió fue Ángel Jesús Mejías Rodríguez, un cancerbero que estuvo siempre a la sombra de otros porteros y muy especialmente de Abel. Mejías nació en Tembleque el 1 de marzo de 1959, curiosamente fue cancerbero del CD Toledo, desde 1977 al 1979, y del Talavera, la temporada 1993-1994.
Mejías fichó por el Atlético de Madrileño en el 1979 y estuvo dos temporadas. El primer equipo del Atlético de Madrid contó con sus servicios desde 1980 hasta 1993, temporada esta última en la que firmó con el Talavera.
Fue un portero disciplinado, uno de esos jugadores a los que denominan de club. Ganó tres copas del Rey -1985, 1991 y 1992- y una Supercopa de España, en 1985.
Abel, el hombre récord
Además de ganar dos copas del Rey, la de 1991 y la de 1992, Abel aportó personalmente un récord más al Atlético de Madrid: estuvo imbatido a lo largo de 1.275 minutos de liga. Abel Resino Gómez nació en Velada el 2 de febrero de 1960. Antes de ser rojiblanco pudo fichar por el Real Valladolid porque su paisano, también guardameta, le llevó a probar con los de Pucela cuando era juvenil, pero desecharon sus servicios.
Así, Abel continuó en la portería del CD Velada, para pasar por el Toledo y el Ciempozuelos antes del firmar por el Atlético Madrileño, equipo en el que militó desde 1982 hasta 1986. Debutó con el primer equipo en el año 1987 y permaneció hasta 1995. Fue dos veces internacional, ganó las copas del Rey de 1991 y 1992 y fue subcampeón de liga en pleno dominio del Dream Team de Cruyff. Su último equipo fue el Rayo Vallecano.
Se puede decir que él fue el primer portero que dio seguridad al Atlético en la edad moderna antes de la llegada de Courtois y Oblak. Pudo ser más veces internacional pero se topó con Zubizarreta y Buyo. Además, ha ejercido como entrenador y director deportivo de la entidad rojiblanca
Fresnedoso, el último
Muy pocos saben que Roberto Luis Fresnedoso Prieto es toledano. Quizá porque, aunque nació en la capital regional el 1 de enero de 1973, de muy joven se trasladó a Cataluña. Criado en la cantera del RCD Español, Fresnedoso fichó por el Atleti en 1995 y estuvo hasta el 2002, cuando es cedido al Salamanca. Después de una gran temporada en el equipo charro, el centrocampista solicitó la baja al Atlético de Madrid para firmar por el Murcia de Primera división. Después fue el Rayo Vallecano y colgó las botas en la Cultural Leonesa.
Centrocampista estilista, frío y técnico. Antic le hizo ser un jugador más polivalente, le dotó de más velocidad para que actuara en banda y le facultó para el juego aéreo. Fue uno de los jugadores que ganó el doblete –liga y copa- en 1996.
