Jorge Juan Curiel López de Arcaute, médico de Atención Primaria, técnico superior en Prevención de Riesgos, Delegado de Prevención y padre ha advertido a través de un comunicado que la temperatura máxima que la legislación permite dentro de las aulas de los centros educativos es de 27 grados, si se adoptan medidas de protección de los niños (ropa ligera, hidratación, etc., aunque el umbral ideal estaría entre los 17 y 24.
Una advertencia que enmienda las recomendaciones que hoy ha enviado la Consejería de Educación a todos los centros de la región para que adopten las medidas que crean oportunas cuando se alcancen los 30 grados centígrados.
Curiel ha lamentado que alumnos, profesores y personal no docente esté soportando temperaturas por encima de los límites y que ni los adultos perjudicados ni los responsables políticos hagan nada al respecto. De los últimos, los consejeros y delegados de Educación, le indigna “la ineptitud, abulia e irresponsabilidad”. De los primeros, a los que incluye a los profesionales de los servicios de salud que están atendiendo casos médicos de escolares por causa del calor, no comprende porqué no se defienden y denuncian a esos colegios por negligencia y maltrato.