El Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de Castilla- la Mancha, ha recibido en dos años un total de 35.000 visitas.
Mañana, 31 de agosto, se cumple el segundo aniversario de su apertura al público, después de permanecer cerrado durante los cuatro años de la legislatura pasada.
La apertura del histórico es fruto de la decisión del Gobierno de Emiliano García-Page, enmarcada en la apuesta por la transparencia, de acercar las instituciones a los ciudadanos.
Así, desde el 31 de agosto hasta el 31 de diciembre de 2015, el Palacio de Fuensalida recibió 10.000 visitas, en 2016 lo visitaron 16.000, mientras que en lo que llevamos de 2017, ha recibido un total de 9.000 visitantes. De estas, 1.500 han sido visitas guiadas de centros escolares y asociaciones dentro de la programación que establece el Gobierno regional para este tipo de visitas.
Además, la sede de la Presidencia es un espacio totalmente integrado en la vida cultural toledana. De hecho, ha formado parte de la Red de Patios Toledanos que se engalanan y se pueden visitar en la semana grande del Corpus Christi.
Horario de visitas
El Palacio de Fuensalida se puede visitar en horario de 10 a 14 horas. También, se puede solicitar una visita guiada para grupos a través de la página web de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha.
El edificio está localizado en el Plaza del Conde, junto a la iglesia de Santo Tomé. En la actualidad es la sede de la Presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha y lugar de celebración de los plenos del Consejo de Gobierno.
La historia del Palacio de Fuensalida de Toledo se vincula a figuras históricas como Garcilaso de la Vega, El Greco, o Lope de Vega, pero especialmente a las de Carlos I y su esposa la emperatriz Isabel de Portugal, madre de Felipe II.
La fachada del palacio es de fábrica de mampostería encintada y pilastras de ladrillo. Su austeridad no revela el refinamiento del interior, sus estancias enfrentadas se abren a un gran patio porticado de estructura rectangular, dispuesto en dos alturas. Destaca la potencia, estilismo y brío de sus dieciséis pilastras octogonales coronadas por capiteles, decorados con cabezas y escudos de las familias Ayala y Castañeda. El edificio, con salones y estancias decoradas a base de yeserías mudéjares, y, con grandes artesonados, tras su proceso de rehabilitación, ha procurado recuperar con la mayor pureza posible, lo que fuera el primitivo palacio.