El otro día, en el balance que realizó en el Palacio de Fuensalida, el presidente regional, Emiliano García-Page, anunció que las encuestas –en estos momentos- auguran una subida en el número de votos de Ciudadanos; algo que también piensan en el PP y por eso los dirigentes de Génova apuestan por tener preparados cuanto antes los candidatos para las próximas elecciones regionales y municipales con el objetivo de parar ese ascenso del partido amarillo –yo hace tiempo dejé de llamarle naranja, pues en unos sitios es rojo y en otros es azul-.
De las cuatro principales poblaciones de la geografía toledana –Toledo, Talavera, Illescas y Torrijos-, tres están gobernadas por el PSOE. Únicamente, la Ciudad de la Cerámica está dirigida por los populares y en el seno del partido se piensa que está en peligro. Tras lograr mayoría absoluta con Gonzalo Lago como cabeza de cartel, el consistorio talaverano se conservó teniendo como candidato a Jaime Alberto Ramos.
En los anteriores comicios municipales no había duda que Ramos era el mejor candidato, pero ahora sí. Quizá porque está sometido a mucho desgaste por parte de la oposición y muestra poca acción de gobierno. Es más, en algunos círculos de poder de la capital regional ya se da por hecho que el actual alcalde no liderará la lista del PP; algo, por otra parte, difícil de aventurar porque queda más de un año para las elecciones.
Eso sí, el PP –al menos a nivel nacional- comenzará a poner los nombres de los futuribles números unos este mes de enero y, quizá, Talavera sea una ciudad a la que los populares la presten una especial atención electoral. Amigos comunes de este que escribe estas líneas y del alcalde airean estos días que ven a Ramos algo derrotado, como si no quisiera concurrir como candidato a la próxima batalla.
También Ramos puede ser una víctima de esa renovación que siempre cacarean los grupos políticos, pero nunca se lleva a efecto porque los que anuncian esa renovación son los primeros que no quieren ser renovados. Además, Ramos –a lo largo de su ya dilatada vida política- ha vivido muchas renovaciones en su partido y tan solo una de ellas le pilló de lleno y tuvo que regresar al banquillo de la puta base, como le gusta decir al amigo Julio Martín.
A excepción de esa ocasión, Ramos ha vivido dichas renovaciones en el PP provincial desde los asientos de la primera fila. Pero ahora, según atestiguan los rumores, parece que dará un paso atrás, aunque este paso suponga estar en la candidatura a las Cortes regionales. Pero el tiempo lo dirá.
Sin Ramos de candidato se abre el melón en Talavera. De momento, dos hombres suenan como sustitutos: José Julián Gregorio y Santiago Serrano. Gregorio es el presidente provincial del partido y parece que puede aspirar a cargos mayores o a mantener el del subdelegado, pero, tal vez, está obligado a aceptar liderar la lista popular al consistorio talaverano.
Por su parte, Serrano se ha convertido en la esperanza del PP en la Ciudad de la Cerámica. Tiene futuro y parece que le ha llegado la hora de estar en puestos de más responsabilidad. De hecho se le ha nominado para dirigir el partido en Talavera, aunque esto no sea síntoma de ser candidato. Ahora, este joven concejal se dedica a torear las adversidades que cercan al equipo municipal de gobierno y si cuadra la faena en esta siempre difícil plaza podrá obtener algún que otro trofeo de alcurnia.
Malos vientos
De todas formas, no soplan buenos vientos para el PP ni en la región, ni en Talavera. Ahora se ha conocido, por así se ha apuntado desde el Tribunal de Cuentas, que bajo el mandato de Cospedal, entre 2011 y 2015, se duplicó la deuda en la región, pues se pasó de un pasivo de 6.965 millones en 2011 a 13.426 en 2015. Y todo esto a pesar de los recortes que se llevaron a efecto.
Aquí, en esta Talavera de nuestros pecados, el equipo de Gobierno acaba de aprobar un presupuesto de 63,5 millones de euros, dos millones más que el pasado. Unas cuentas que han sido criticadas por todos los estamentos sociales. Hasta la Federación de Asociaciones de Vecinos Vegas del Tajo ha censurado en nulo esfuerzo inversor realizado, tal y como indican sus alegaciones.
Eso sí, los vecinos no entienden como el consistorio talaverano satisface económicamente algunas competencias impropias y también piden que la Junta se haga cargo del mantenimiento de la estación de autobuses para que el Ayuntamiento se ahorre 414.000 euros.
Más diputados
También el otro día, el presidente García-Page inició el debate sobre la confección de un nuevo Estatuto de Autonomía o, en su defecto, la reforma de la ley electoral. Dijo que abriría un turno de contactos con todos los partidos políticos para estos cambios, aunque el PP ya ha dicho que está conforme con los 33 diputados que instauró Cospedal y, de momento, no quiere saber más.
IU pide muchos más y el PSOE puede conformarse con 35. Ciudadanos no ha dicho su número, pero esta formación está encantada con los halagos que le llegan desde todas las orillas y ya se ve como socia de gobierno a un lado o a otro, según se deja entrever de las últimas declaraciones de Orlena de Miguel, portavoz regional de Cs.
Por cierto, que De Miguel también ha subrayado que Ciudadanos ya ha cambiado sus estatutos para evitar las fugas de concejales y si en algún municipio no pueden configurar una lista con todas las garantías, pues no se presentarán. No quiere que se repita el caso de Talavera.