La cámara de Miguel Betis se ha parado hoy en otro lugar de la calle Corredera del Cristo, la que fue epicentro comercial de esta ciudad venida a menos. Y ha recogido a José Luis Higueruela, el hijo del Pepe el Moquillo y Carmen, que desde los catorce años de edad ha dado clases de buen servir y mejor despachar en un establecimiento tan castizo como La Madrileña.
Jose, así sin acento, es uno de los personajes populares escogidos por el angular de Miguel porque representa mucho para esta urbe. Heredó el negocio de su padre y acaba de traspasarlo. Ha servido miles de bocadillos de calamares y tapas de bacalao, dos productos que han hecho famoso a este local.
Y es que es muy difícil encontrar a alguien en la comarca de Talavera que no haya probado estos manjares de la mano de Jose y su mujer Félix. Excelencias que también han degustado decenas de actores que han pasado por los teatros de al lado: el Palenque y el Victoria.
Jose el de La Madrileña – con en el fondo cerámico de su bar- es otro de los protagonistas de ese ruedo talaverano que nos está plasmando la inquieta cámara de Betis y que se agrega a este álbum impregnado de talaveranismo.