Se apagaron de sopetón los ecos de la cagada (perdón) de la Cabalgata con una noticia que dicen se ha precipitado. Yo soy de la opinión -bueno, las pruebas me han convencido- que tiene más conchas que un galápago, como decía mi madre.
El affaire Cinébora ya está dando múltiples titulares, y los que faltan, e interrogantes por doquier, como siempre por ese mutismo que desde el Gobierno Municipal tildan de transparencia.
Las apretadas agendas de Enrique Cerezo y Jaime Ramos encuentran resquicio en un par de días. ¡Venga hombre ya! Y el destino del inmueble lo dicta la ciencia infusa mientras me despido del día con cerámica de la buena. Estoy contigo Juanpe, nos toman por tontos.
Ya se habla en Talavera que si el edificio podría valorarse en 5 millones de euros, los mismos casi en los que está valorada una parcela de una hectárea en La Barrosa, a escasos metros de donde tiene previsto edificarse la universidad privada. Qué curioso, oiga usted (Julio, va por ti la locución. Te añoramos).
Vil truque. Echo una manita a un ‘pobre’ megaempresario de por ahí fuera mientras la casa se queda sin piensos, sin lácteos, sin abastos, sin ganados, sin regadíos ni ríos, sin patrimonio, sin comercio, sin población, sin circunvalación, sin… vergüenza.
Y ahora qué y con qué rehabilitamos un inmueble que necesita una reforma del –iba a decir copón- quince y que, por poner un ejemplo, para ser sede de la Escuela de Música y Conservatorio necesita 30 salas insonorizadas. Se atisba reforma integral, luego ya no vale tanto a los intereses de la ciudad. Digo yo. Otra cosa es que el ‘pobre’ megaempresario se avenga y quiera llevarse dos parcelitas, una a tocateja, que no habría problema. También digo yo.
Aunque me da que esto último no va a ser y con el flamante edificio vamos a mandar una carta a Fuensalida Palace para repartir otro mandoble. Así las gastamos por Talavera, tenemos arte y mucho: un nodo, un Quirón, dos trenes, dos Edusis, dos tránsfugas, tres 1,5% Cultural, seis impongopresupuestos y trece liberaciones (uy, me he ‘pasao’ de seis). Y todavía nos quedará el séptimo arte y, ojo, ‘Cuéntame’. En ello estamos.