El hombre que respondía a las iniciales J.R.L -de 50 años de edad- que fue encontrado muerto, el pasado miércoles -dos días después de registrarse- en el hotel Imperial de Toledo, con restos de sangre en el torso, pudo haberse suicidado porque se encontró un arma blanca junto a su cadáver.
Esta es la hipótesis que baraja ahora mismo la investigación, tal y como ha apuntado el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio. No obstante, el mismo Gregorio ha señalado que esta hipótesis no está confirmada y que aún no se puede descartar nada.
“No podemos descartar nada y las investigaciones continúan para que todo quede bien atado”, ha explicado José Julián Gregorio, quien se ha mostrado cauto en este caso, debido a que hay datos forenses que se desconocen en la Delegación y “tienen que informar de ellos”.