La barbarie y los modos incívicos continúan asolando el Prado. A pesar de que en los últimos tiempos el jardín de Talavera parece haber recibido algo, aunque en todo caso escasísima, de atención por parte del Consistorio, los gamberros fanáticos del espay continúan con sus lamentables actos dentro del recinto del Prado, el jardín más querido de los talaveranos que guarda en su interior un importante patrimonio de la ciudad del que ha podido disfrutarse hasta ahora sin dificultades puesto que ha contado en general con el respeto de muchas generaciones.
En esta ocasión, y al igual que el pasado mes de diciembre, han sido los fanáticos del espray quienes han perpetrado el ataque con su arma favorita, un bote de pintura con el que han tachado y ocultado uno de los paneles de cerámica que se encuentran adornando los postes que delimitan alguna de las entradas a los Jardines del Prado, concretamente uno de los que dan a la antigua carretera general, cerca de la basílica frente a un grupo de chalés.
Una vez más se pone de relieve la necesidad imperiosa de una vigilancia efectiva y presencial en el jardín si hay alguna voluntad por parte del ayuntamiento de que en el futuro no haya que lamentar pérdidas mayores e irreparables.