sábado, 23 noviembre 2024
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Las cartas sobre la mesa

Pese a los dos fracasos consecutivos, la Mesa por la Recuperación de Talavera y su Comarca ha anunciado que va a seguir en la lucha reivindicativa. Bueno, la causa es compartida por el cien por cien de la población, y es justa. Está bien que no se olvide, aunque a los responsables ni les sonroja.

Después del 11-N convocar a poco más del 6 por ciento de los que entonces dieron un golpe en la mesa pidiendo triunfos para ganar al menos una baza es un fracaso. Entiendo que son un cúmulo de circunstancias las que influyeron más allá del descontento por el más de lo mismo tras tamaña respuesta. El cambio de fecha no ayudó, la menor inversión en publicidad tampoco, legarlo todo a las traicioneras y no tan tan numerosas redes sociales menos, los muchos eventos que había en la ciudad… Todavía me estoy preguntando por qué el 14-A no se llevó a cabo y a las puertas del circuito del Cerro Negro donde se desarrollaba un evento mundial y la repercusión mediática podría haber sido descomunal; o por qué vender coches o una recreación del Medievo es más importante que recaudar fondos o alimentos para personas que lo están pasando mal. Son cosas mías.

Pero la clave para que algo menos de 2.500 personas -menos mal que hay fotos porque en un primer momento se nos avecinaba lapidación- se dieran cita en la Plaza del Pan el pasado sábado creo que se inicia el 12-N. Tras ese masivo, ejemplar, desbordante y sorpresivo respaldo no es de recibo que el siguiente y más importante paso en representación de una ciudadanía hastiada y que dijo basta de milongas sea firmar un papel, otro papel. Teníamos el Decálogo de Proyectos Irrenunciables, las 258 medidas de la patronal toledana, que no talaverana, el Pacto Social por el Ferrocarril, mociones, enmiendas y Proposiciones No de Ley en las Cortes regionales, en el Congreso y en el Senado; luego conocimos unos números locales vetados a la participación ciudadana, unas cuentas castellanomanchegas pobres para la ciudad y unos Presupuestos Generales del Estado de auténtica vergüenza para nuestras necesidades y para cuatro de esos cinco puntos constituyentes de la Mesa, y se ofrece un papel… higiénico y silencio. Cuál va a ser la respuesta. Bastante hubo. Un error de bulto que quiero pensar se cometió por la inexperiencia en la res pública y no por seguir mareando la perdiz.

Pero la Mesa tiene el estigma de estar movida por personas con filiación y/o tremenda simpatía hacia el partido máximo responsable actual de lo que vive y padece la ciudad y se produjeron este fin de semana pasado dos hechos muy significativos que darían pábulo a esos rumores: mandar callar en la Plaza del Pan a los que pedían a gritos “Ramos dimisión” -viva la libertad de expresión y el vino-, o hacerse fotos con concejales tránsfugas que han logrado pervertir el mandato del pueblo en las urnas para beneficio particular durante la presente legislatura -y, ¡Viva Honduras!- no pueden protagonizarlos quienes representan y dan voz a las reivindicaciones de toda una ciudad, de toda una comarca. Serán cosas mías.

Estarán conmigo que no es que sea raro sino que es rarísimo que después de tantos años de apatía aparezca un movimiento popular llamado a desestabilizar el establishment político y que al poco surja otro, y ambos quieran salvar la ciudad por encima de todo y no consigan ponerse de acuerdo queriendo lo mismo. Reconozco que lo del ‘cura rojo’ fue un golpe de efecto y clave que terminó de apaciguar ese movimiento que se estaba fraguando desde hacía meses y que verdaderamente parecía, y digo parecía, estar dispuesto a poner la ciudad patas arriba.

Pero para mí todo terminó antes, en ese Punto de Encuentro que resultó salvador para un alcalde, y un partido, que se veía contra las cuerdas pero que al convocar esa asamblea abierta demostró que en su dilatada trayectoria política ha hecho del temple con la mano izquierda un arte, a lo Curro Romero. Plausible, sin duda. Le dejaron coger las riendas de la tropa y paró la algarada de sopetón… con unas firmas en Change.org ¡Toma castañas!

Ahora, en ese tardío resurgir popular se está fraguando una candidatura para mayo de 2019. De momento no se sabe si será naranja del todo o naranja azulado. Qué quieren, estamos en la era de la nueva política. Lo que tampoco sabemos es si este populismo también será peyorativo.

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