Lobos Negros se subieron a un escenario de las ferias de Talavera diez años después. “Toda una década sin tocar para mis paisanos es demasiado tiempo, la gente lo estaba deseando”, confiesa a AhoraCLM poco antes de que se enciendan luces y bafles su líder, el polifacético y carismático Luis Martín.
Dieciséis discos a sus espaldas, treinta y cinco años al pie del cañón “es toda una vida”, y el secreto, “tener pasión, hacer lo que nos gusta y ver color, sin color no se puede vivir y he demostrado que se puede vivir de la música”.
Así, Lobos Negros es una de esas pocas banda que ha sabido y podido resistir los embates de la evolución (o involución), musical siempre por el empeño y trabajo infatigable de Luis, “y ser generoso”.
Sin abandonar su esencia, el rockabilly, han encontrado un hueco para tocar con algunos de los más grandes del panorama nacional –Loquillo, Ilegales, Extremoduro, MClan, Rosendo, Los Rebeldes, Los Enemigos…- o algunos internacionales –The Meteors, Sleepy Labeef, Stray Cats…-.
Y rodeados de los más grandes, en este caso del panorama talaverano, quisieron compartir escenario la actual formación de Lobos Negros –Luis Martín (composición, voz y guitarra), José Luis Bielsa (bajo y coros) y Ricardo Virtanen (batería, percusión y coros)-.
Chema Martín, un ex de la formación, Mario Magaña y Rubén Torrescusa (Edición Limitada), Rake, Omar y Quique Merchán (Música Inculta), Manuel Darriba y Chino, “la crèmme de Talavera”, algunos de ellos historia viva de la Movida Madrileña y de esa mítica sala Rock-Ola por la que pasaron los más grandes.
Y todos ellos demostraron en el Escenario Joven de las Ferias de San Isidro 2018 que los años son sólo años y que la música no entiende de edades. Un concierto memorable e histórico que comenzó con la elegante presentación del no menos mítico y polifacético Bene Tapetado (Always Elvis) y que se cerró con el reparto entre los asistentes de 200 discos de unos Lobos Negros que volvieron a aullar y de qué forma en Talavera. Chapó.