El proyecto para desarrollar un estudio sobre el potencial de las células mieloides supresoras en el tratamiento de la esclerosis múltiple por parte del Grupo de Neuroinmuno-Reparación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha sido seleccionado para recibir una de las ayudas de la Acción Estratégica en Salud del Plan Estatal de Investigación Científica, gestionado por el Instituto de Salud Carlos III, en la convocatoria correspondiente a 2018.
El proyecto, denominado Estudio del potencial de las células mieloides supresoras como bioindicadores de agresividad del curso clínico y de respuesta al tratamiento en esclerosis múltiple, está liderado por el investigador principal del Grupo de Neuroinmuno-Reparación, Diego Clemente, y recibirá una ayuda para desarrollar la investigación que asciende a 255.310 euros, la de mayor cuantía que recibe la región, la duodécima de los 562 proyectos seleccionados provisionalmente en toda España y la más cuantiosa de los relativos a la esclerosis múltiple a nivel estatal.
El equipo de investigadores lleva años estudiando el papel de las células mieloides supresoras en la regulación del sistema inmune. “Con este proyecto enlazamos el trabajo obtenido en el laboratorio con la investigación clínica en pacientes, buscando el potencial de las células mieloides supresoras como biomarcador de severidad en la esclerosis múltiple, así como su utilidad como bioindicador de respuesta a un tratamiento de primera línea, el interferón beta-1A, y a uno de segunda línea, denominado ‘Fingolimod’, en este segundo caso tanto en modelos animales como en los propios pacientes de esta patología”, afirma Diego Clemente.
Más pruebas
Según argumenta el coordinador de la investigación, cada vez se tienen más pruebas de que uno de los mecanismos que falla en la esclerosis múltiple es la capacidad de controlar la respuesta inmune por parte de diferentes células reguladoras, lo que favorece la cronicidad de esta patología.
En este sentido, señala que su grupo de trabajo estudia las células mieloides supresoras en el modelo animal de esclerosis múltiple, encefalomielitis autoinmune experimental (EAE), “de las que sabemos que entran dentro del sistema nervioso de los ratones enfermos, facilitando la eliminación de los linfocitos, células destructoras de la vaina de mielina, y controlando el episodio inflamatorio, lo que conduce al control de los síntomas y la recuperación de los ratones”.
El laboratorio del centro toledano tiene datos indicativos de que, cuanta mayor es la abundancia de estas células reguladoras en órganos linfoides periféricos (bazo) o incluso en la sangre, menos severo es el curso clínico del modelo, y por tanto, se reduce el daño a la mielina y también la afectación de las neuronas de la médula espinal de los ratones con EAE.