La familia de Cristina Martín, que fue asesinada presuntamente a manos de su marido en su domicilio de Mora en febrero de 2017, ha acogido con tranquilidad la prórroga de la prisión provisional que ha acordado la justicia tras la vista en la que se ha revisado su situación de prisión provisional.
La hermana de la fallecida, Pilar Martín, ha asegurado, en declaraciones a Efe, que tras conocer la decisión del juez “han podido respirar un poquito”, pues tenía miedo por la niña, ya que el presunto asesino amenazó a la familia desde prisión sobre su intención de recuperar a la menor.
El fallo del magistrado se produce tras la celebración el pasado miércoles de la vista para la revisión de esta medida cautelar en la que Pilar Martín y sus padres no pudieron contener las lágrimas cuando vieron al marido de Cristina, al que se le acusa de apuñalar mortalmente a su esposa en presencia de la madre y del sobrino de la víctima.
La presión y la incertidumbre hizo mella en la madre de Cristina, quien, tal y como ha señalado la hermana de la fallecida, se mareó nada más salir de la Audiencia Provincial de Toledo y tuvo que acudir a urgencias esa misma tarde aquejada de vértigos como resultado de los nervios de la jornada y de la tensión acumulada en días anteriores.
Secuelas
Las secuelas también afectan a los más pequeños como la hija de Cristina, que tiene seis años, cuya psicóloga ha advertido a Pilar, que tiene su guarda y custodia, de que ver a su padre aunque sea de lejos “solo la va a destrozar”.
Asimismo, su sobrino, que tenía 16 meses cuando sucedieron los hechos, estuvo diez meses sin hablar y ahora no se puede subir a una atracción de feria porque no soporta los ruidos y se pone a temblar, ya que le impactaron los golpes de la Guardia Civil para abrir la puerta del domicilio tras el asesinato, ha relatado Pilar Martín.
La Guardia Civil acudió porque momentos antes de morir, Cristina, de 38 años cuando falleció y que padecía la enfermedad conocida como “huesos de cristal”, le envió un mensaje de móvil a su hermana advirtiéndole de las intenciones homicidas del acusado, que le dijo que “no iba a cumplir los 39”. Ante este mensaje, Pilar llamó al 112 y a la Guardia Civil, pero ya era demasiado tarde porque el presunto asesino le asestó dos puñaladas, una en el corazón y otra en el pulmón.
“Ahora podemos descansar hasta el juicio”, ha afirmado Pilar Martín, quien ha recordado que está previsto que el juicio se celebre en marzo o abril del próximo año. En la vista, el Ministerio Fiscal y la acusación particular, formada por los dos abogados de la familia y de la Junta, pidieron prisión permanente revisable para el acusado, mientras que la abogada de la defensa solicitó su ingreso en un centro psiquiátrico.