Va a ser un Primero de Mayo extraño el que nos va a tocar vivir. Muchas nos levantaremos ese día y nos sentiremos raras sin una manifestación a la que ir. Las banderas, los cánticos, los puños en alto este año serán sustituidos por lavados frecuentes de manos y distancia de seguridad.
Este año no nos caerá el diluvio, ni nos asaremos de calor. No habrá risas, ni saludos alegres frente a la plaza de toros antes de iniciar la manifestación. Este año tampoco habrá comida popular y música en la carpa frente a la Vega.
Por primera vez, el Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras lo pasaremos en casa. Para quienes no concebimos la acción política sin la presencia en las calles y las movilizaciones será un día de sentimientos encontrados, entre la responsabilidad y la tristeza.
El coronavirus ha puesto muchos aspectos de nuestras vidas en “pause”: hemos aplazado viajes, conciertos, quedadas, proyectos, hemos dejado de ver a nuestras familias y amigos. En Izquierda Unida hemos aplazado incluso nuestra Asamblea Federal.
Por responsabilidad hace casi dos meses le dimos al “pause” a muchas cosas y dijimos: ya lo haremos. Lo que no pusimos en pausa y nunca lo haremos es la lucha obrera. Desde Izquierda Unida hemos seguido trabajando y defendiendo a nuestra clase frente a los abusos de aquellas empresas que, aprovechando la situación, se han querido beneficiar.
La presencia de Unidas Podemos en el gobierno ha garantizado unas medidas políticas fuertes en materia laboral para que esta crisis no la tengan que pagar quien pagó la anterior: la clase trabajadora.
Porque no entendemos la política si no es como herramienta para mejorar la calidad de vida de nuestra clase, de la clase obrera. Y porque nos creemos de verdad ese cántico que este Primero de Mayo no sonará en las calles de Toledo que dice: “Luchar, luchar, luchar hasta vencer, luchar hasta llevar a las obreras al poder”. No se oirá en Zocodover, pero donde sí sonará será en nuestras cabezas, en nuestras ideas y en nuestros corazones.
Feliz primero de Mayo valiente, confinado y combativo. ¡Que viva la lucha de la clase obrera!
Patricia Ballesteros, miembro de la Coordinadora Regional de IU CLM
