El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha avanzado que la Mesa del Agua se convocará por segunda vez después del verano para buscar una posición común en materia hídrica y dar continuidad a la primera reunión, celebrada en Albacete a principios de este año.
Esta segunda reunión de la Mesa del Agua dará continuidad a la primera que tuvo lugar el pasado 31 de enero en Albacete, a la que acudieron más de 50 organizaciones del tejido económico y social de la región, ha adelantado este lunes Martínez Arroyo en Cifuentes (Guadalajara), donde ha acompañado al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a la inauguración de la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR).
Martínez Arroyo ha hecho hincapié en la importancia de contar con una posición común en la región en materia hídrica, que nacerá del consenso en la Mesa del Agua, y ha abogado por alcanzar “un acuerdo entre todos, un pacto por el agua que nos haga sentir orgullosos de la Castilla-La Mancha del futuro, que depende de que entre todos defendamos el recurso más valioso”.
Además, ha destacado que Castilla-La Mancha contará con un “ambicioso” Plan Estratégico de Depuración de Aguas que, con una inversión de 600 millones de euros y en un plazo de ejecución de 10 años, servirá para actuar en 600 depuradoras, bien para realizar mejoras, o bien para construir nuevas instalaciones.
Inversiones
El consejero ha explicado que la inversión media en cada una de ellas será de un millón de euros, lo que va a garantizar que todos los municipios que en este momento no tienen depuración o es insuficiente “la tengan adecuada”, y también ha apuntado que marca “un paso más” en el trabajo que se está realizando hacia una economía circular en esta materia.
Martínez Arroyo ha señalado que este plan se va a incluir dentro de la nueva Ley del Agua, cuyo anteproyecto va a estar en exposición pública, previsiblemente dentro de un mes, con el objetivo de que esté aprobada antes de que finalice el año.
Y ha destacado que es una ley “fundamental”, porque “sitúa a Castilla-La Mancha en la realidad del 2020, en la realidad de una sociedad que apuesta por la economía circular en materia de agua, por el compromiso en el abastecimiento de agua potable de calidad y por el compromiso en la depuración de todos nuestros municipios”.
