El Gobierno de Castilla-La Mancha ha pedido informes a los servicios jurídicos y al Consejo Consultivo sobre la posibilidad de mantener el toque de queda una vez termine el estado de alarma el 9 de mayo y, de no continuar, recurrirá a medidas como la regulación de horarios en locales de ocio y hostelería y el control de aforo en establecimientos en función de los datos epidemiológicos.
El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha comparecido en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno extraordinario para estudiar las medidas que se pueden implantar para evitar la expansión del coronavirus ante el fin del estado de alarma, ya que las dificultades residen en la restricción de derechos fundamentales como los de movimiento o reunión, sobre los que las fiscalías de algunas comunidades autónomas ya se han pronunciado y han dicho que éstas no tienen potestad.
Fernández Sanz ha remitido al sábado día 8, cuando se celebrará otro Consejo de Gobierno con dichos informes ya sobre la mesa , y analizará los pasos siguientes que se van a dar, al tiempo que ha recordado que sí está decidido ya levantar el cierre perimetral de la región.
Medidas consensuadas
El consejero ha reiterado que varias comunidades autónomas prefieren que se adopten medidas consensuadas para toda España en relación al toque de queda, los cierres perimetrales y la reunión de personas, pero ha señalado que, en cualquier caso, Castilla-La Mancha cuenta con herramientas para frenar los contagios de covid-19, entre las que ha citado el aforo, los horarios en establecimientos de ocio y hostelería, o el número de personas que se pueden juntar que están analizando si pasar de seis a diez.
Respecto a la situación epidemiológica, ha dicho que los casos de covid-19 en la región están “estabilizados a la baja” y que catorce municipios están en nivel 3.