lunes, 25 noviembre 2024
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La Diputación de Toledo recuerda a los maestros rurales motorizados

La Diputación de Toledo conmemora el Día Internacional de los Archivos recordando en una exposición virtual a los maestros que la Institución llevó a los pueblos más pequeños de la provincia en la segunda mitad del siglo XX para hacer llegar la enseñanza primaria a los niños que se encontraban más alejados de los municipios, con serias dificultades para acceder a la educación.

En esta exposición se quiere mostrar el relevante trabajo de los maestros de los años sesenta del pasado siglo en la provincia de Toledo que formaron parte del conocido como Servicio de Maestros rurales motorizados, a través de más de 50 documentos significativos del mismo, en los que se pueden apreciar fotografías de la actividad educativa, con profesores y estudiantes de la época, y otros documentos que muestran el funcionamiento del servicio.

De este modo, la Diputación rinde homenaje a la gran labor de los maestros rurales motorizados que formaron parte del servicio creado en el año 1956 para combatir el analfabetismo en fincas y caseríos agrícolas de la provincia y hacer llegar la educación elemental a los niños  que vivían en ellas, así como a los adultos que trabajaban en las mismas.

A principios de 1957 la Diputación de Toledo comenzó a realizar esta importante labor en la provincia, dirigida a los niños del campo, que se prolongaría hasta el año 1968, gracias a la vocación de los profesores, a los que la Institución dotó de motocicletas para poder desplazarse a las aldeas, fincas y caseríos y dar clases a quienes no podían acudir diariamente a la escuela.

Escuela Maestros Rurales Motorizados de Ontanillas.

Carencia de vivienda

La carencia de vivienda para el maestro se resolvió con este medio de transporte, convertido en un elemento fundamental para el éxito del programa, ya que permitía al maestro desplazarse en motocicleta desde su lugar de residencia habitual a la finca, donde le esperaban sus alumnos, y regresar a su domicilio al finalizar la jornada, transitando por los caminos polvorientos o embarrados de la provincia.

El objetivo del conocido como Servicio de Maestros Rurales Motorizados era facilitar gratuitamente la enseñanza en su grado más elemental a aquellas personas alejadas más de tres kilómetros de los municipios, cuya situación no hacía posible la asistencia normalizada a clase, combatiendo al tiempo el analfabetismo en adultos.

La enseñanza se impartía en locales y habitaciones de las fincas que sus propietarios adaptaron como escuelas para este fin, dotándolas del mobiliario imprescindible, facilitando la Diputación el material escolar necesario.

El Servicio comenzó con 18 escuelas rurales, funcionando en 1957 en las siguientes fincas de la provincia: El Castañar (Mazarambroz), Bercenuño (Valdeverdeja), Majada de la Perra (Parrillas), Ventosilla (Polán), El Bravo (Caleruela), Machaca (Oropesa), Alcubillete (Burujón), Alimán (Ajofrín), Las dos Villartas (Escalona), Monte Jareña (Belvís de la Jara), El Espinar (Almonacid), Los Parditos (Puebla de Montalbán), Ontanilla (Talavera de la Reina y Los Pajares (Santa Cruz de la Zarza), entre otras, para llegar a atender 52 escuelas en 1960.

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