Uno, que aunque aún es joven va cumpliendo años con guarismos como para peinar canas, ya duda que llegue a tiempo de coger un tren como dios manda en el Paseo de la Estación o entrar o salir de Talavera cruzando el Alberche sin conducir en vilo por el retrovisor, que a veces pliego; lo reconozco.
Tras los nuevos y últimos ríos de tinta sobre estas dos reivindicaciones históricas de Talavera de la Marmota, que ahí siguen cumpliendo años sin presentar arrugas ni ajes, llega una nueva entrega del serial la plataforma logística, nodo logístico, plataforma intermodal, puerto seco, espacio T-T, suelo industrial logístico…
Ahora unos no quieren acordarse de quién hizo la reserva de un terreno al lado de un yacimiento arqueológico -que seguro no conoceré excavado-, en zona agraria, que acogotaría viviendas e hipotecaría el desarrollo urbanístico y la tranquilidad de Talavera la Nueva sin presentar expediente de servicio. Ni tampoco que hasta hace bien poco seguían defendiendo esa ubicación aunque fuera con matices.
Y los otros, que se lo recuerdan, sin embargo no tienen memoria de su empecinamiento en mantener esa superficie de marras pese a la oposición vecinal y pese a poner a un/su alcalde contra las cuerdas y a un arquitecto municipal presentando la dimisión.
Estos últimos son los mismos que dilapidaron 55.000 euros (!) de los talaveranos en un estudio a la desesperada que ni procedía ni correspondía y que, como se vaticinó y así ha sido, no serviría para nada. Y los mismos que regalaron concesiones que no tocaban por una foto y unos votos y que siguen con la matraca de la Plataforma de Badajoz, creo que por interés político y no por ignorancia; o no, vaya usted a saber.
Y el ciudadano lo que constata es que ni unos ni otros han sido capaces en todos estos años de comenzar a ejecutar esa deseada infraestructura en la que se confía para salir de la precariedad industrial y macro empresarial en la que está sumida la ‘ciudad del paro’.
Estos días se ha producido un giro dramático de los acontecimientos -que diría Fermín- con el cambio de ubicación de los terrenos donde engendrar al niño salvador y trece años después volvemos al punto de partida. ¿Les suena?
Parece que ahora el sentido común se impone y lo que un partido ya extinto planteó y documentó hace casi un lustro ya no es una invención de rojos anti caciquillos, y además va a resultar más facilito y baratito, y sobre todo lógico.
Y es que últimamente se percibe que en Talavera se está trabajando en su urbanismo con planificación, rigor y hechos, con muchos y atractivos proyectos, mirando al futuro y no a los de siempre, lo que ha generado buenas dosis de esperanza y algunos cabreos.
Ahora bien, se están poniendo las bases para reiniciar un proyecto logístico pero la ciudadanía agradecería saber qué es lo que se va o pretende hacer porque si cada uno que habla no lo hace claro y le pone un nombre distinto lo lógico es pensar que esta marmotada talaverana tampoco ahora tendrá fin o el final deseado.
No nos engañemos, que Talavera tenga un centro logístico (mira, otro nombre) como el que se prometió y quiere la ciudad, y no un gran polígono industrial, no depende sólo de los gobiernos local y regional, que también. Talavera tiene que aparecer en el mapa nacional, como Badajoz, en este caso y por ejemplo como la Plataforma Logística del Oeste Europeo, con sus correspondientes conexiones a la Red de Carreteras y a una ferroviaria del siglo XXI acorde a esa gran infraestructura estratégica y en la que el aeropuerto de Casarrubios del Monte supondría otro punto a favor. Las puertas a tocar y abrir están en Madrid y no en Lisboa, Sines o en navieras; otra matraca, esta insustancial.
