Un hombre de 51 años acusado de los delitos de abuso sexual a una menor, exhibicionismo, acoso sexual a menores por vías telefónicas y posesión de pornografía infantil ha aceptado una pena de 3 años y tres meses de prisión y cinco años de libertad vigilada.
Estas penas han sido acordadas por las partes en un juicio celebrado hoy en la Audiencia Provincial de Toledo, y suponen la rebaja en 2 años y 3 meses respecto a la pena de prisión solicitada por la Fiscalía, que pidió en su escrito de conclusiones 5 años y 6 meses de cárcel.
En declaraciones a los medios de comunicación, el abogado de la defensa, Alberto Gil, ha defendido que el acuerdo, alcanzado la semana pasada, es el más beneficioso para las partes y ha avanzado que el reo, que está en prisión por otra causa, ha reconocido los hechos y esta pena se sumará a la de la causa por la que ahora permanece en la cárcel.
Por su parte, el fiscal provincial, Antonio Huélamo, y el fiscal del caso, José Luis Gómez, han señalado que gracias a este acuerdo, las víctimas, que en el momento de los hechos eran menores de edad, se “ahorran el trago de contarlo todo y así se evita la doble victimización”.
De este modo, el procesado (R.D.G.) será condenado a un año de prisión por abuso sexual a una menor, seis meses por exhibicionismo, un año por acoso informático a menores con intenciones sexuales, conocido como ‘child grooming’, y nueve meses por tenencia de pornografía infantil.
Regentaba un bar en Madridejos
Además, por estos delitos ha sido condenado a cinco años de libertad vigilada, que deberá cumplir cuando salga de la cárcel, así como a la prohibición de acercarse a las víctimas o comunicarse con ellas, la imposibilidad de trabajar en cualquier profesión que suponga el contacto con menores y la obligatoriedad de participar en programas de formación en orientación sexual.
El acusado regentaba un bar en el municipio toledano de Madridejos cuando en junio de 2015 una chica de 15 años entró, pidió una consumición y el hombre cerró la puerta e intentó abusar de ella, aunque no lo consiguió porque la menor le dio primero una bofetada y después una patada en los genitales, además de ocasionarle un corte en el brazo con un cuchillo que pudo coger cuando el hombre la metió “a la fuerza” en la cocina.
Ese mismo verano, en el mes de julio, el inculpado comenzó a enviar mensajes a la menor pidiendo fotografías en ropa interior y desnuda y vídeos de contenido sexual y remitiendo él, a su vez, vídeos sexuales, a la par que ofrecía cantidades de dinero o peluches a cambio de que dejara realizar actos de naturaleza sexual.
El agresor también envió vídeos y fotografías de contenido sexual a otras dos menores y en distintos dispositivos electrónicos tenía almacenado material pedófilo.
Debido a estos hechos, el procesado estuvo en prisión del 10 de marzo al 8 de agosto de 2016 y desde ese 8 de agosto tiene una orden de prohibición de acercarse y comunicarse con las tres menores.