Aunque al final apareció el agua, el tiempo ha sido clemente y la lluvia paró a tiempo en Talavera para permitir el arranque de la procesión del Domingo de Ramos, conocida popularmente como La Borriquita.
La Cofradía de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén ha congregado un año más, y ya van quince, a varios miles de personas en torno a la Basílica y los Jardines del Prado. Sin duda, se trata del cortejo procesional más animado de cuantos se celebran en esta ciudad debido al singular escenario en el que tiene lugar y al gran número de niños que acompañan al paso que rememora el pasaje del Nuevo Testamento en el que Jesús es aclamado al entrar en la capital de los judíos a lomos de un borrico.
Tras la multitudinaria eucaristía celebrada en la Basílica de Nuestra Señora del Prado, a las 12 de la mañana de este domingo partía de su interior una procesión que también reúne a los integrantes de menor edad de otras cofradías y hermandades de Talavera, que lucen su correspondiente hábito de penitente.
Mientras el paso principal es cargado por una cuadrilla de 24 costaleros, los propios niños han sido de nuevo los encargados de portar a hombros la pequeña imagen del Niño Jesús que precede al conjunto principal.
Mecida a los sones marcados por la Banda de Cornetas y Tambores Las Tres Caídas, de Novés, La Borriquilla recorría los paseos centrales de los Jardines del Prado antes de regresar de nuevo a su punto de partida.
Como el templo de la patrona, todo el entorno circundante también estaba completamente abarrotados por niños y mayores que blandían palmas y ramas de olivo al paso de La Borriquita, que debido al precipitado final de la procesión a causa de la repentina reaparición de la lluvia tuvo que aguardar unos minutos a las puertas de la Basílica hasta que concluyó la misa que en ese momento se estaba celebrando.
