REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ MANUEL FOTOGRAFÍAS
Es una de las entidades más jóvenes del pujante movimiento cofrade de Talavera, pero, desde su primera salida en 2009, año a año la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de Lágrimas y Amargura levanta mayor expectación a pesar de lo avanzado de la hora. No en vano, sus dos imágenes titulares procesionan por las calles de la ciudad a partir de las once de la noche del Jueves Santo y hasta bien entrada la madrugada del día siguiente.
Uno de los momentos más intensos de la Semana Santa de Talavera se volvía a vivir poco después de las 23 horas del Jueves de Pasión cuando el conjunto escultórico presidido por Jesús de la Sentencia, del que también forman parte las figuras del gobernador Poncio Pilatos y un soldado que custodia al reo que en ese momento está siendo condenado a la cruz, atravesaba la pequeña portada de la iglesia de San Andrés, cuya estrechez y escasa altura obligan a un sobreesfuerzo a los 35 costaleros.
A las precisas órdenes de su capataz, Carlos Mora, la cuadrilla avanzó los primeros metros con las rodillas en tierra antes de poder incorporarse e iniciar un itinerario en el que no sólo en este punto, sino en otros muchos se granjeó el aplauso y los vítores emocionados del numeroso público merced a su pericia y peculiar estilo de portar el paso a faja y costal.
Aunque con una salida algo menos complicada pero no exenta de emoción, otro tanto ocurrió con María de Lágrimas y Amargura, bella dolorosa de ojos azules tallada por el imaginero sevillano Alvaro Flores que tras el saludo con su hijo siguió los pasos de éste guiada por Javier Mora y fue testigo en la Corredera de la lectura de la sentencia de muerte dictada por Pilatos.
En esta oportunidad, la persona elegida para poner voz al texto escrito por el poeta talaverao Joaquín Benito de Lucas fue Oscar Casillas, director de los ciclos de Educación Infantil y Primaria del Colegio la Salle de Talavera.