REPORTAJE GRÁFICO: JOSÉ MANUEL FOTOGRAFÍAS
Este Jueves Santo las calles de Talavera fueron escenario de una de las citas más añejas del calendario procesional de esta ciudad. Un año más, varios miles de personas salieron al paso de las dos cofradías protagonistas. La de Nuestra Señora de los Dolores, con la Virgen de la que toma el nombre, partía a las 21 horas de la iglesia de San Francisco, cuyo entorno estaba completamente abarrotado de público para recibir a la Dolorosa, talla de singular belleza esculpida a mediados del siglo pasado por el talaverano Víctor González Gil.
Pocos minutos más tarde, la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, también conocida como ‘Del comercio’, posiblemente, la más antigua de la ciudad, partía de la Colegial con sus tres pasos, tres grupos escultóricos que recrean otros tantos momentos clave en la pasión y muerte de Cristo.
La Oración en el Huerto abría una solemne comitiva completada por La Flagelación y El Cristo de la Misericordia o del Comercio, estos dos últimos también surgidos de las manos de González Gil, quien incluso fue capataz en su día del paso en el que Jesús permanece atado a una columna mientras recibe los latigazos de dos sayones.
Las dos cofradías confluyeron en las murallas de la calle Carnicerías para iniciar en este punto una carrera oficial completamente abarrotada hasta la Colegial, itinerario salpicado de emocionantes saetas, oraciones cantadas que expresaron en voz alta el sentimiento popular al paso de las imágenes.