El exjugador natural de El Puente del Arzobispo (Toledo), Gregorio Benito Rubio, histórico central del Real Madrid durante trece años e internacional español, ha fallecido a los 73 años tras una larga enfermedad.
El Real Madrid ha lamentado “profundamente” el fallecimiento de Goyo Benito, al que catalogan como “una de las grandes leyendas” del club y expresa “sus condolencias y su cariño y afecto a su mujer, Paula, a sus hijos, Patricia y Rubén, y a todos sus familiares y seres queridos”, que hace extensivas a “los madridistas de todo el mundo”.
Goyo Benito defendió durante trece temporadas al Real Madrid, siempre dejando una imagen de garra y raza, “un ejemplo de los valores” del madridismo como señala el Real Madrid.
Defendió la camiseta blanca en 420 partidos oficiales tras formarse en la cantera del Real Madrid. Ganó seis Ligas y cinco Copas de España, integrando la generación de futbolistas que tomó el relevo del Real Madrid yeyé. Fue internacional con España en 22 ocasiones.
Muere el mismo día que Juanito
El Real Madrid está de luto el 2 de abril, la fecha en la que además se cumplen 28 años del adiós de una leyenda como Juan Gómez ‘Juanito’.
Goyo Benito nació el 21 de octubre de 1946, actuaba de defensa central y jugó casi toda su carrera en el Real Madrid. No dotado de una excelente técnica, su firmeza, bravura y contundencia como defensa le convirtieron en uno de los últimos exponentes de la llamada furia española.
Comenzó sus primeros pasos en el equipo de los Salesianos de Atocha hasta los dieciséis años, edad en la que entra a formar parte de las categorías inferiores del Real Madrid. Ahí tiene la inmensa fortuna de encontrarse con Martín Landa de entrenador, iniciando una fulgurante carrera que le conduce a la categoría de internacional juvenil, en donde coincide con una generación de jugadores, Rexach, Rojo, Pujol… que estaban llamados a dar grandes días de gloria al fútbol español.
Campeón de España de lanzamiento de jabalina
Este paso iba a obligar a Benito a aparcar una de sus vocaciones infantiles, el atletismo, deporte con el que llegó a proclamarse campeón nacional a nivel escolar en la especialidad de jabalina.
Tras su etapa como juvenil, pasa al conjunto amateur con el que se proclama campeón de España de aficionados, el primer título de Goyo con el Real Madrid. La final se disputó el 2 de julio de 1967 en Alicante, siendo sus compañeros en aquella ocasión Mendieta, Barallo, Inés, Sierra, Calleja, Asensi, García Ramos, Aparicio y Jiménez.
Un éxito que ponía colofón a unos inicios más que esperanzadores como futbolista, pero antes de llegar a ver cumplido el sueño de jugar en el Bernabéu, Benito tendría que pasar por la reválida de la cesión, yéndose cedido al Rayo Vallecano.
Tras diversas especulaciones sobre su futuro, una vez cumplido el servicio militar, Miguel Muñoz da el visto bueno para que, de manera definitiva, quede enrolado en la primera plantilla del Real Madrid.
Debuta en San Sebastián
El 4 de agosto de 1969 firma su primer contrato profesional con el “club de su vida”, debutando el 27 de octubre de 1969 en San Sebastián ante la Real Sociedad. El Real Madrid venció por dos a uno, formando con el siguiente once: Junquera; Espíldora, De Felipe, Benito; Pirri, Zoco; Fleitas, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento.
Un día inolvidable que no fue más que el principio de una temporada que supuso su consagración en el Real Madrid. Benito terminó jugando treinta y cinco partidos completos y la prensa empezaba a ver en él al hombre que tomaría el relevo de Pedro de Felipe.
A partir de este punto se inicia una inmejorable trayectoria como jugador blanco, consiguiendo un total de once títulos en competiciones oficiales: seis de Liga (temporadas 71-72, 74-75, 75-76, 77-78, 78-79 y 79-80) y otros cinco de Copa, en las ediciones 69-70, 73-74, 74-75, 79-80 y 81-82. Un palmarés de auténtico lujo que se ve incrementado con una impresionante lista de prestigiosos trofeos como el Teresa Herrera, el Ciudad de Vigo, el Ramón de Carranza y el 75 Aniversario, por poner sólo unos ejemplos.
Protagonizó algunos duelos épicos con el atlético Gárate, con el paraguayo Diarte, tanto cuando militaba en el Zaragoza como en el Valencia, con el cuñado de este y tambien zaragocista Ocampos, Milonguita Heredia y Rubén Cano.
Benito marcaba su territorio y siempre dejaba su tarjeta de visita en la primera entrada. pero también se llevo algunas respuesta del rival, como los codazos de Ocampos y Heredia que le partieron la nariz, siendo mítico su coraje al seguir jugando con la cabeza todavía manando sangre por las brechas que le produjeron estos codazos, denominándose a lo Benito el seguir jugando con la cabeza vendada por una herida.
El Bernabéu adoraba su entrega, su bravura y contundencia, y su nombre fue un grito de guerra de la afición madridista: Benito, saca el hacha. Es el único jugador blanco, junto con Pirri, que posee la Laureada del Real Madrid. La peña madridista de El Puente del Arzobispo lleva su nombre.