La consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, ha confirmado que este próximo martes se va a pedir el paso a la fase 2 de las tres provincias que restan por acceder, Albacete, Ciudad Real y Toledo, pero ha reclamado “no relajarse” porque, en ningún caso, “se trata de una carrera” y para evitar “el rebrote” de la pandemia.
En conferencia de prensa telemática este sábado, Fernández ha sostenido que “no es una carrera entre comunidades autónomas, ni provincias, ni municipios” por pasar antes de fase y si de “anteponer la salud”, en especial de los más vulnerables que “han sufrido mucho”, y “no poner en riesgo la salud” de ningún otro ciudadano, por lo que ha entendido que “para salir todos juntos, unidos, cada comunidad tiene que hacer bien su tarea”.
En este contexto, ha opinado que “las decisiones de cada comunidad afectan a las limítrofes” y, por eso, que haya reclamado “unidad de acción y dar continuidad al estado de alarma”, que ha creído “imprescindible ahora más que nunca”, una vez que “hemos conseguido doblegar la curva y para no afrontar un rebrote”.
“La economía no puede competir con la vida y sólo se recuperará si tenemos controlada la pandemia, si la salud y la vida están protegidas desde el punto de vista sanitario”, ha subrayado Fernández, quien ha detallado el buen funcionamiento de los equipos de rastreo del virus, pues “en esta última semana se han hecho más de 10.000 PCR y apenas un 3 %-4 % de las personas que se han sometido a la prueba han sido positivas”.
“Datos esperanzadores”
Un datos “esperanzadores”, según la portavoz el Ejecutivo regional, ya que “a finales de marzo, principios de abril, era el 40 % los que daban positivo en las pruebas”, y más aún porque, en esas fechas, “eran casi 4.000 los hospitalizados, muchos muy graves, y miles de fallecidos”, que contrastan con los actuales, pues “en las últimas 24 horas no ha habido muertos en Albacete y por tercer día consecutivo tampoco en Cuenca y Guadalajara”.
Unas cifras que Fernández ha atribuido al “respeto de las normas, a ser prudentes y a no convertir la desescalada en una carrera alocada, y sí a llegar a esa nueva normalidad en las mejores condiciones”.
“Nos queda mucho por delante, meses, hasta que las vacunas puedan comercializarse y demostrarse eficaces y, por eso, hasta que no haya tratamiento o cura de la enfermedad, la batalla no ha terminado”, ha sentenciado.