Susana Guerrero no ha estado sola esta mañana en el juicio al que ha tenido que enfrentarse en el Palacio de Justicia de Talavera por presunta denuncia falsa contra Rosa M.S., la pareja del padre biológico de su hija. Y justicia para ella y Nayara, que ahora cuenta con 10 años, es lo que ha pedido con lágrimas en los ojos esta madre talaverana y también las más de 50 personas concentradas a las puertas de los juzgados de la calle Mérida.
Junto a miembros de colectivos como la Asamblea Feminista de Talavera y la Asociación Custodia en Positivo han apoyado su lucha judicial las concejalas talaveranas Raquel Vetas y Nieves Arriero, del PSOE, y Sonsoles Arnao y Carmen Aceituno, de Ganemos Talavera.
Al término de la vista, que se extendió durante más de hora y media, el grupo de congregados que todavía aguardaban a las puertas de los juzgados redoblaron las muestras de solidaridad hacia Susana Guerrero y dirigieron sus dardos verbales contra la Administración de Justicia. En particular fue objeto de crítica el forense que en julio de 2013 elaboró el informe pericial que desestimaba los supuestos malos tratos a la pequeña por parte de Rosa M.S., acusación en su día archivada y motivo ahora de esta nueva causa por denuncia falsa.
Por ello, además de insistir en que “tendrán que matarme para que entregue a mi hija”, al no estar dispuesta a poner nuevamente a la niña en manos de quien “me la pega, me la levanta de los pelos, me la clava agujas y me la tortura”, junto a los presentes reclamaba que se tengan en cuenta los otros informes forenses elaborados posteriormente en los que sí se acreditarían los abusos y agresiones.