Pasan los años desde la manifestación del 20J de 2009 y el agua sigue sin circular por el Tajo y el Alberche. Pasan los años, dos Planes de cuenca, memorandum, decretos y demás; y todo lo que se ha hecho desde los despachos es apuntalar con más ahínco si cabe el trasvase Tajo-Segura y el saqueo del Tajo. Pasan ministros y ministras, políticos de alto rango en las administraciones, se airean los saqueos organizados de las empresas públicas de esto del agua -en especial en Levante-, y sigue sin pasar nada, en especial agua por el Tajo a su aún paso por Talavera.
Mañana la Plataforma en defensa del Tajo ventilará el aniversario dando un par de premios y recordando en rueda de prensa lo que está haciendo y lo mucho que queda por hacer. No hay tiempo, ni recursos, ni tiempo para más. Porque el trabajo no está aquí, sino en Bruselas y en el Tribunal Supremo. No hay tiempo para fiestas. La semana que viene el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo sacará su informe, donde se plasman cinco años de trabajo de la Plataforma y de Izquierda Unida, aunque ahora muchos, con más torpeza y cinismo quieran apuntarse el tanto. Asunto que no preocupa porque cada uno se retrata, sino por el daño que se está haciendo a un trabajo serio, riguroso, planificado y muy generoso.
Algún día se valorará en su justo término y esfuerzo que Talavera de la Reina, la Plataforma, tenga interpuestos dos recursos ante el Supremo, varias Quejas ante la Comisión Europea, además de la Petición ante el comité del Parlamento Europeo. Sí, todo eso está lejos, no se toca, es mucho trabajo, donde está involucrada gente que trabaja por convicción. Está lejos, y sería imprescindible que aquí, en Talavera, en Toledo, en Aranjuez, la gente saliese cada día a la calle a exigir que vuelva su río, que la ley no sea de parte, sino acorde a las normativas superiores tanto españolas como europeas. Sería muy importante. Muy necesario.
Cuando has invertido tanto tiempo, esfuerzo y buena parte de tu vida a una causa, es difícil parar y analizar con sensatez y frialdad. Sigo teniendo claro que las causas perdidas son las únicas por las que merece la pena luchar. Más allá de los metros cúbicos por segundo, la política bastarda que condena a un río y a un territorio, queda la justicia. La justicia, que no es la ley retorcida, que no es el pudridero que nos pasa por Talavera, la justicia escasea tanto como el agua del Tajo. La justicia algún día volverá, como el agua por el cauce del Tajo. Pese a quien pese. Lo conseguiremos.
