Los días 17 y 18 de mayo la Audiencia Provincial de Toledo juzgará a Adrián B. R., vecino de Talavera, por un delito de asesinato en grado de tentativa sobre la persona de Ángela Sánchez Oliva, una profesora de inglés de Los Navalmorales que acudía a su trabajo el 9 de julio de 2014 a las 8:46 horas de la mañana cuando cayó fulminada en el portal número 8 de la calle Cañada de los Alfares al recibir un disparo en la cabeza.
Fiscalía y acusación particular pedirán una pena de 14 y 11 meses de cárcel por asesinato en grado de tentativa; 4 años por robo con fuerza en las cosas; y 10 meses más por tenencia ilícita de armas. En total 19 años y 9 meses.
También, se solicita la prohibición de acercase a la víctima a menos de 500 metros durante diez años y una indemnización de 737.115 euros: 700.000 por las secuelas físicas y morales sufridas, 34.700 euros por el tiempo que tardó en curar sus heridas, y 2.415 euros por gastos de rehabilitación y ortodoncia.
Una mujer que pasaba por allí en el momento del disparo y que fue herida leve le reclama 675 euros por los diez días que transcurrieron para su total recuperación.
Los hechos
Como se recordará, los hechos causaron una gran conmoción en Talavera y durante las primeras horas se sucedieron especulaciones y noticias contradictorias. Sin embargo parece probado que Adrián B. R., que por entonces tenía19 años de edad, accedió al edifico de la calle Cañada de Alfares número 6 con intención de robar en una vivienda, hecho que consumó al entrar por una ventana de una de ellas de la séptima planta y ático, en la que ese apropió de un rifle, un Marlin 7x, calibre 270win, y de munición. Por la azotea pasó al edificio colindante donde bajó hasta el último rellano y se apostó apuntando y centrando su objetivo en el visor del rifle hasta que disparó. El joven declaró que el tiro lo efectuó para suicidarse, pero la investigación de la policial judicial desmontó esa hipótesis.
Ese disparo atravesó el cristal del portal, impactando de refilón en la cabeza de la joven, Ángela Sánchez Oliva, que en ese momento pasaba por allí. Dicen que su coquetería, al mirar su reflejo en los cristales del portal, pudo salvarle la vida.
La joven profesora, que ahora tiene 29 años, entró en el hospital de Talavera en parada cardiorespiratoria y con una importante herida en la cabeza, tuvo que ser trasladada rápidamente a Toledo, intervenida, perdió el habla y la movilidad en una de las partes de su cuerpo… En total estuvo ingresada 35 días y 416 impedida. Sus secuelas peritadas son: pérdida de sustancia ósea, pérdida auditiva, lesiones en dos dedos de la mano izquierda y un perjuicio estético moderado por asimetrías faciales y corporales, y reconocida con un grado total de discapacidad del 40 por ciento por el equipo técnico de valoración de Talavera de los Servicios Periféricos de Toledo, dice el escrito de la Fiscalía recogido por Europa Press.