El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha anunciado la aprobación este martes por parte del Consejo de Gobierno de un total de 80.000 ayudas para la adquisición de libros de texto y becas comedor destinadas a familias con rentas bajas o en riesgo de exclusión.
Así lo ha adelantado el presidente del Ejecutivo autonómico durante su intervención con motivo del acto institucional del Día Internacional del Pueblo Gitano, que se ha celebrado este lunes en el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno regional.
El presidente ha hecho hincapié en que esta medida supondrá un nuevo “paso adelante” del que “me siento honrado” dentro el proceso de reconstrucción y mejora del sistema educativo público de Castilla-La Mancha emprendido en 2015.
Un plan que, según ha remarcado, marcará un hito más “en la promoción y fuerza” que se está imprimiendo a la educación pública desde el inicio de la legislatura y que seguirá siendo necesario mantener durante los próximos cursos.
Ayudas que se suprimieron
García-Page ha lamentado, no obstante, que durante los cuatro años anteriores y bajo el mandato del Partido Popular, tanto en España como en Castilla-La Mancha se suprimieran las ayudas a la adquisición de libros de texto, las becas comedor o “se destrozaran” los planes de empleo que “dan trabajo a miles de personas”.
Unas políticas activas en materia de empleo que ha recuperado el actual Gobierno autonómico y que, tal y como ha explicado el presidente regional, habrán generado hasta 70.000 puestos de trabajo al finalizar el actual mandato. “Hay familias enteras que han sobrevivido porque uno de los ocho o diez miembros de la familia ha tenido algo de trabajo y algún ingreso”, ha subrayado Garcia-Page.
El presidente de Castilla-La Mancha ha puesto énfasis en la importancia de apostar “a medio y largo plazo” por la mejora del sistema educativo como uno de los grandes objetivos “para cualquier gobierno serio”, ya que “es lo que cambia el mundo”.
Una educación que, tal y como ha remarcado, también tiene que incidir “en valores de respeto y pluralidad” y que no aspire a ser “uniformadora”, sino que esté dispuesta a enseñar “a los niños y niñas a pensar y a gestionar su libertad dentro de los límites de la cultura en la que viven”.
“Tenemos que esforzarnos en que nuestros niños vayan al colegio y que salgan reforzados en valores”, ha subrayado García-Page.