La Cafetería Sol 31 albergó una novedosa iniciativa impulsada por la delegación talaverana de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), con motivo del 80 aniversario de su fundación.
Una cena a ciegas para ponerse en el lugar de las personas invidentes y comprobar de primera mano las dificultades a las que se enfrentan pero también las técnicas que utilizan para disfrutar de la comida con normalización.
Los videntes, entre los que se encontraban el alcalde de Talavera, Jaime Ramos, y el delegado de la Junta en la ciudad y en la comarca, David Gómez Arroyo, entre otros concejales, usaron un antifaz para ir descubriendo con sólo cuatro de los sentidos el menú preparado para los comensales.
Una gran representación de integrantes de esa delegación de la ONCE en la Ciudad de la Cerámica, entre trabajadores, afiliados, familiares y amigos y encabezados por su director, Javier Álvaro, ejercieron de anfitriones.
Una experiencia impactante a la vez que enriquecedora que para la ONCE supone “seguir haciendo de la evolución la revolución social”.