Tras la aparición de algas y el posterior vaciado, limpiado y rellenado, el lago del Parque de La Alameda de Talavera presenta para unos un aspecto envidiable, mientras para otros apenas ha durado unos días.
En líneas generales impera el agua verde pero limpia y la visión es muy notable y agradable, y más con la gran colonia de ánades que mora en él.
Bien es cierto que hay un recodo donde se acumula suciedad en la superficie, una especie de ‘nata’ que puede observarse en varias concentraciones a modo de isletas.
Dependiendo de la fotografía que se quiera sacar puede parecer que la limpieza ha resultado un éxito absoluto o un desastre total.
Descuidado
Lo que sí se puede observar de manera irrefutable es el estado en que se encuentran los pequeños puentes por los que se puede cruzar el lago.
En uno de ellos, varios pilares de ladrillo están decapitados y proyectan una imagen de descuido total, dada la simpleza y bajo coste de la reparación.
En todos, vegetación que invade el acceso peatonal y suciedad acumulada que afean el entorno y dan muestras de abandono.