El entrenador del CD Toledo, Onésimo, ya está probando las hieles del fútbol en lo que respecta a su estancia en la capital regional. Tres derrotas consecutivas han servido para que se le echara en cara que, hasta el momento, tenía peores números que sus antecesores en el cargo –Idiákez y Visnjic-, pero tampoco se ha puesto en la balanza que el vallisoletano cuenta con una plantilla inferior en calidad que aquella que disfrutaron ellos.
Tres derrotas consecutivas han hecho que una oleada de críticas se cebaran con el pucelano, pero Onésimo ha regateado a las críticas. Y lo ha hecho esta jornada. El equipo ha conseguido su primera victoria en un campo de césped artificial. Ha sido ante el colista, pero lo ha hecho con aplomo, demostrando una superioridad aplastante. El Toledo ha vuelto a las posiciones que dan derecho a disputar la fase de ascenso haciendo gala de una gran autoridad.
Claro que, para ello, Onésimo ha tenido que realizar cambios en su sistema. Ha entrado Manolo, que es el mejor portero con el que cuenta la plantilla, en defensa ha metido a Adrián en busca de más contundencia y en la zona de las medias puntas ha aparecido Txomín Barcina que –además de abrir la lata en Getafe- exhibe velocidad y calidad para desarbolar las defensas. Onésimo vuelve a la estela del triunfo.