A finales del pasado mes de octubre dos individuos, ya detenidos, interceptaron un camión cargado con diez toneladas de polvo de platino (el que se utiliza en los catalizadores de los coches), valoradas en 600.000 euros, en el kilómetro 26 de la M-50 de Madrid. Haciéndose pasar por guardias civiles se llevaron el vehículo y retuvieron a su conductor durante varias horas hasta que le liberaron en una estación de servicio de la localidad madrileña de Leganés.
Tras la denuncia del caminero saqueado y de su empresa comenzó una investigación por agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid que deparó la pronta recuperación del vehículo sin su carga.
Torpeza para ‘colocar’ la mercancía
En paralelo los agentes supieron que una persona estaba intentando vender polvo de catalizador en pequeñas cantidades para no levantar ningún tipo de sospecha, pero con la torpeza de intentar vender el caro producto a un trabajador de la propia empresa objeto del robo.
Tras ponerlo en conocimiento de la policía se concertó una cita el pasado 20 de noviembre pactando la compra de cien kilos de la mercancía. El individuo acudió solo y los agentes le detuvieron.
Fue entonces cuando se solicitó la pertinente autorización judicial para el registro del domicilio y una finca del arrestado en la localidad toledana de Borox. Durante la inspección los investigadores hallaron en la finca más de 40 bidones metálicos similares a los sustraídos conteniendo polvo de catalizador, así como otros dos de plástico y otros tres cubos conteniendo la misma sustancia.
Además se intervinieron cerca de 1.650 tarjetas de telefonía de una conocida compañía, de las que se están realizando gestiones para averiguar su procedencia. El detenido fue puesto a disposición judicial y ésta ordenó su ingreso en prisión.
Partidas de platino con destino a Rumanía
Más recientemente, los agentes arrestaron a otros dos individuos, uno como presunto autor material de la sustracción del camión con su conductor; mientras el otro por su intermediación en la venta de 500 kilogramos de polvo de catalizador que los agentes sospechan iban con destino a Rumanía. A ambos les constan antecedentes por hechos de la misma naturaleza.