El diccionario de la lengua talaverana define el término “entretenedero” como el arte de distraer al paciente y sufridor personal con tonterías varias -las de siempre-, mientras lo magro se lo llevan crudo normalmente los de siempre. Es decir, mientras la ciudad aparece en todo lo alto de las estadísticas de paro, y a la cola de los índices de desarrollo, crecimiento, actividad industrial y todas esas cosas que marcan el pulso de una ciudad, mientras la realidad sigue siendo tozuda y transparente, por otro lado los presupuestos de la Junta no contemplan ni un duro para Talavera, nos vamos atener que urbanizar por nuestra cuenta un pedazo de Torrehierro para tener suelo industrial, porque el Gobierno de España pasa de nosotros. Eso sí, pagando hasta el último euro y perdonando lo que nos deben. Y para qué hablar de los perdederos en los que se encuentran asuntos como el AVE/Altas prestaciones, desdoblamiento de vía o como se quiera llamar; o el nodo logístico de los que los mapas de la Unión Europea no quieren saber nada.
Con unos presupuestos municipales recién sacados del horno y que certifican y apuestan por mantener el encefalograma plano de la ciudad, seguimos entretenidos con los mojones/bolardos de la Corredera; o el estado de la plaza de toros, asunto éste, el de un edificio privado para usos privados, que como sabemos preocupa a toda la ciudad. Los mojones que incumplen ordenanzas de accesibilidad, y que han plantado como setas de quita y pon de la Corredera, movibles para las procesiones, “cumplen” la ley, es decir, que quien manda los ha puesto y ya está. Lo de la plaza de toros también “cumple” la ley, que vienen las Mondas y las Ferias, que ya se sabe que las Inspecciones Técnicas de Edificios tienen su “holgura”, y que se escapen toros no tiene ninguna importancia, que aún seguimos esperando explicaciones desde hace casi un año.
Y, mientras andamos con estos entretenederos, lo contante y sonante, lo importante, lo dicho más arriba se queda ahí, y de vez en cuando mandarán a que se descuelgue algún “mandao” de Toledo o Madrid a vendernos el próximo anuncio de un estudio previo de prolegómenos para el anteproyecto de lo que sea. Mientras, la pasta de las administraciones acaba en otros polígonos que no son el nuestro, restaurando otros patrimonios que nunca son los nuestros, en otras facultades que no ampliarán la nuestra, o en infraestructuras que -casualidad- tampoco nunca tocan. Eso sí: entretenederos tenemos para seguir enredando y enredándonos, así ni unos ni otros molestan a los jefes de Madrid o Toledo. Es decir: la pinza talaverana por antonomasia en todo su esplendor. Así nos va.
