La Audiencia Provincial de Toledo debatió, votó y falló ayer martes, aunque la decisión se hará pública a lo largo de los próximos días, el recurso presentado por la talaverana Susana Guerrero, de 28 años de edad, contra la sentencia de una jueza de Talavera que la obliga a entregar a su hija de diez años a su progenitor.
Un pleito judicial en principio como otros muchos, aunque enrevesado ante las manifestaciones hechas públicas por la madre respecto a que el progenitor estuvo en prisión por abusar de ella misma cuando tenía trece años y ser, posteriormente, condenado por malos tratos hacia la propia Susana, además de estar ahora denunciado por presuntos abusos sexuales a su hija.
La sentencia de la jueza de Talavera que da la razón al padre se basa en el Síndrome de Alienación Parental (SAP) por él sufrido, así como por habérsele privado de su derecho de visita al trasladarse Susana a vivir con la niña a la localidad canaria de Arucas y a la, según la jueza, denuncia falsa presentada por presuntos abusos sexuales por parte del padre hacia su hija.
Respecto a la posible decisión de la Audiencia Provincial, Susana no esconde su recelo y pesimismo porque “los tres magistrados que han puesto para decidir la custodia de mi hija son los mismos que resolvieron la denuncia que yo puse en contra de la jueza, condenándome a mí y absolviéndola a ella”. En base a ello, manifiesta que “no puedo decir que ahora me esté maltratando él directamente, porque quien me está maltratando es el Estado, la Justicia y de forma directa esta jueza que se ha saltado todas las leyes”.
No obstante, Susana advierte que “a mí hija no se la van a llevar y a traición mucho menos. Antes me van a tener que matar”.