La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo exigirá a las distintas administraciones que frenen el estado de ruina y, además, consoliden los restos del castillo de Oreja, según una moción que se ha aprobado en su última sesión. Y es que lo que se puede ver de lo que era una fortificación es a la torre del homenaje, del gran altura y planta cuadrada, con dos grietas en los muros oriental y occidental, que arranca desde arriba y se traslada hasta los cimientos.
“La estructura –dice la Real Academia- no aguantará mucho y si no se pone remedio pronto colapsará, sin poder recuperar un bien de incalculable valor”. De momento, la Real Academia ya ha puesto en conocimiento este asunto a la Junta de Comunidades, la Diputación Provincial y a los dos ayuntamientos entre los que se encuentra el castillo: el de Ontígola y del de Noblejas.
Se da la circunstancia de que este monumento también está incluido en la lista roja de patrimonio que exhibe la asociación Hispania Nostra. El castillo de Oreja vigilaba una calzada romana que lleva desde Toledo a Zaragoza. Fue edificado en la época islámica y conquistado por Alfonso VI a finales del siglo XI. Al lado de castillo se levantó un poblado de agricultores y ganaderos que subsistió hasta mediados del siglo XX. Era una calle sin salida que cobijaba a doce familias.