Esta mañana ha quedado vista para sentencia la causa abierta en el Juzgado de lo Penal de Talavera contra Susana Guerrero, la “madre coraje” que ha sido acusada de denuncia falsa por la pareja del padre de su hija Nayara, de 10 años, en su día condenado por malos tratos contra ella, y al que ésta se opone a entregar la custodia de la pequeña como dictaminó otro juzgado talaverano por incumplir el régimen de visitas.
Recordemos que la decisión de la custodia de la niña se ha suspendido por la Audiencia Provincial en espera de que se resuelvan las acusaciones que pesan sobre el hombre por violencia de género contra la propia Susana y presuntos abusos sexuales a la menor.
Como ya avanzábamos, la vista celebrada hoy lunes en el Palacio de Justicia tiene su origen en el archivo de la denuncia interpuesta previamente contra la compañera sentimental del padre de la niña en noviembre de 2012 por las presuntas agresiones recibidas por la pequeña durante el régimen de visitas.
Tanto a las puertas del Palacio de Justicia como posteriormente en la sala a preguntas de la defensa y la acusación, Susana Guerrero ha insistido en su inocencia, afirmando sentirse perseguida por parte del Partido Judicial de Talavera “por el simple hecho de proteger a mi hija”. Igualmente, sostiene que fue el protocolo activado por el Servicio de Salud de Canarias, su actual lugar de residencia, el detonante de la denuncia de malos tratos sobre la niña, que con anterioridad habría relatado a la madre los golpes recibidos.
Sin embargo, tanto la denunciante como el padre de la niña han negado cualquier agresión y posteriormente la Fiscalía y la acusación particular han esgrimido como principales argumentos la ausencia de signos de violencia en el cuerpo de la menor y el informe pericial elaborado por el forense psico-social de Toledo en julio de 2013 para intentar desmontar la versión de Susana Guerrero. A través de videoconferencia, éste ha explicado las conclusiones de un dictamen según el cual la niña habría sido inducida por su madre para relatar unas agresiones que no habría experimentado.
Mientras tanto, para la defensa se trata de un informe “capcioso” y falto de objetividad al “arremeter desde las primeras líneas contra una madre coraje que el único delito que habría cometido es defender a su hija”, por lo que el letrado Juan Ramón Peris solicitaba su total absolución.
