Al leer y tener que detallar en esta información los pormenores de la operación policial que ha acabado con la detención de cuatro ‘personas’ de un clan familiar de Rumanía, a uno se le revuelven las tripas y no concibe cómo puede haber tanta maldad en el mundo.
El caso es el de una joven aún menor de edad de nacionalidad rumana que tiempo atrás fue secuestrada y violada por un clan familiar de y en su país. A la muerte de su padre, su madre, alcohólica, otorgó un poder notarial a miembros del mismo clan familiar para permitirla viajar a España a desempeñar trabajos en el campo y/o sirviendo en casas.
Nada más lejos de la realidad puesto que la chica fue secuestrada y recluida en un domicilio de un pueblo de Toledo, se convirtió en el muñeco sexual de uno de sus ‘tutores’, tuvo que ejercer la prostitución sin ningún tipo de precaución con clientes que le buscaban, y muchas veces la drogaban y la golpeaban para que no ofreciera resistencia. Unos encuentros que le han dejado la secuela de una importante enfermedad de transmisión sexual.
Por si esto fuera poco intentaron su venta por 2.000 euros, que no se concretó porque al comprador le pareció un precio excesivo.
Las investigaciones se iniciaron a raíz de la denuncia que la propia menor realizó, en un alarde de valentía, tras sufrir una agresión física por parte de la mujer que la controlaba. Tras la intervención policial el caso se ha saldado con la detención de esas cuatro ‘personas’ y se han solicitado cinco Órdenes Europeas de Detención y Entrega para otros tantos miembros del grupo que ya han abandonado España.