Pese al aspecto descuidado de la finca sita en una urbanización de Casarrubios del Monte, en la que las aves domésticas sueltas y los cuatro gallineros hacían parecer la modesta morada de una madre y un hijo en paro, fue el alto nivel de vida y la flota de coches, hasta nueve, que tenían en propiedad lo que hizo a la Guardia Civil comenzar una investigación que ha propiciado el ingreso en prisión del hijo, F.S.D. y la detención de su madre, F.D.M. y de otra mujer, N.I.V.
La Guardia Civil les acusa de cultivo y elaboración de drogas, tráfico de estupefacientes y defraudación de fluido eléctrico, tras comprobarse que los gallineros no eran sino laboratorios marihuana perfectamente acondicionados y en los que se han intervenido 1.235 plantas de marihuana.
Asimismo, los agentes requisaron casi 2.000 euros en efectivo, 3 televisores, 3 armas largas de aire comprimido, 1 arma corta detonadora, 4 teléfonos móviles, 4 balanzas de precisión, 1 lavadora con restos de marihuana, armarios secaderos, 4 aires acondicionados y un vehículo de alta gama, el que usaban habitualmente, donde se hallaron bolsas herméticas que contenían restos de esta droga.
También se localizó un enganche ilegal del suministro eléctrico a una torreta eléctrica de alumbrado público que distaba de la parcela unos 100 metros para lo cual habían escavado y enterrado el cableado con hormigón.
En esta operación, denominada Turuleta, han intervenido distintas unidades de la Guardia Civil: Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Illescas, Equipo de Investigación de Valmojado y Grupo de Investigación de Bargas-Villaluenga de la Sagra.