La ‘Asociación talaverana de lucha contra los malos tratos’ mantiene actualmente un seguimiento continuo sobre 200 mujeres afectadas por esta lacra en Talavera y su comarca. Lo hacen sin recibir “ni un solo euro” -apunta a este digital su presidenta, Josefa Rocamora-, por lo que insta a que las administraciones destinen dotación económica suficiente para que todos los mecanismos que poseen puedan lograr normalizar la vida de estas mujeres.
Entre las necesidades más acuciantes, Rocamora apunta a un mayor número de agentes de la Policía Nacional que puedan atender las salidas de las mujeres que cuentan con una orden de alejamiento de su pareja; más personal en los centros de asesoramiento de la mujer; renovar y adaptar las actuales casas de acogida –“están trasnochadas”, lamenta- y favorecer la inserción en el mercado laboral de las afectadas y/o asignarlas un subsidio que les permita autonomía para vivir.
Apenada y preocupada por las cifras que arroja la violencia de género este año, 21 mujeres y tres hijos, erigiéndose Castilla-La Mancha como triste protagonista –cinco mujeres y esos tres hijos-, Josefa Rocamora entonó el ¡Basta ya! en un acto de sensibilización y visibilidad que tuvo lugar la tarde de este viernes en el Centro Cultural El Salvador y en el que colaboró la Escuela de Teatro y Cine ‘Joaquín Benito de Lucas’ escenificando bajo los acordes de una de las canciones emblema sobre los malos tratos –María, de Pasión Vega- un duro y desgarrador relato sobre esta lacra sin sentido.
A pesar de no tener subvención, la asociación obsequió a las mujeres que se acercaron a este punto de encuentro cultural con un clavel ornado con paniculata y un broche con el lema ‘Ni una mujer menos’.
Representando al consistorio talaverano estuvieron presentes la concejal de Servicios Sociales, Ana Santamaría, el portavoz socialista José Gutiérrez, y su compañera de filas Montserrat Muro, así como algunas representantes del movimiento vecinal de la ciudad.
La ‘Asociación talaverana de lucha contra los malos tratos’ desarrolla su labor desde hace siete años y por sus manos han pasado ya 412 víctimas de la violencia machista.
