Fue el pasado mes de enero cuando un vecino de la localidad de Quismondo vio a un hombre arrojar a un pozo a dos canes. El hombre lo comunicó al Seprona, cuyos agentes dieron a su vez aviso al Parque de Bomberos de Santa Olalla para que acudieran a rescartarlos. Lo hicieron, pero ya sin vida al morir por ahogamiento.
Al tener ambos perros –una podenca y un beagle- chip identificativo, la investigación condujo a los dueños. Ambos refirieron que habían cedido los perros a M.R.L y justificaron con documentación dicha cesión.
Así, los agentes localizaron y detuvieron a M.R.L., con numerosos antecedentes y alguno por maltrato animal, en la localidad de Fuensalida.