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El pregonero de las Ferias de San Isidro 2017 en Talavera, el polifacético Mario Vaquerizo, transmitió ilusión y alegría durante su oratoria improvisada, a su estilo, genuino, natural, campechano.
Quiso primeramente -no sé si justificar su presencia por las críticas recibidas por su elección- destacar su vínculo con Talavera por haber crecido “con dos platos de cerámica de Talavera en la casa de mis padres en Vicálvaro” y por ser amigo de la periodista talaverana Esther Solana, introductora del acto, a la que conoció en la Facultad de Periodismo y por la que empezó a venir a las ferias de la Ciudad de la Cerámica.
Mario ensalzó a sus habitantes, “buena gente nada prejuiciosa”, y a esta feria “tan importante” “que ayuda a mitigar los problemas de su gente”, y manifestó sentirse “orgulloso” y “emocionado” “por formar parte de una ilusión colectiva”; “la lluvia no va a poder con nosotros ni con las ganas de diversión bien entendida”.
También, y con esa sinceridad de la que hace gala, se autoinvitó a actuar con su grupo, Las Nancys Rubias, en las Ferias de San Mateo, guante que recogió el alcalde y que aprobó dando a entender que se lo tenía que ganar promocionando la ciudad en sus apariciones públicas.
Para finalizar, y antes de pulsar el botón de “la traca megatronic”, soltó una frase de esas que se recuerdan con el paso del tiempo: “No eres nadie si no pisas un sitio como Talavera de la Reina”.