Llevo muchos días atándome las manos no vaya a ser que se me achacase cualquier cuota de responsabilidad en un veredicto cantado desde el principio, que no es otro que Talavera no será en 2018 Ciudad Europea del Deporte. Que el Comité de Valoración viese en un digital de la ciudad lo que se pensaba y se piensa de esta candidatura atropellada, oportunista, sin criterio y desnortada podría significar una excusa que argumentar a este fracaso de la Concejalía de Deportes y, por ende, del Gobierno de Talavera. No era plan. Unidad de acción.
Que al Partido Popular le importa… -uy, iba a decir un huevo- …no mucho el deporte basta con echar un vistazo a los titulares de la delegación estos últimos seis años: Javier Porras, destacado baluarte de la nueva hornada política de NNGG y que se gana la vida con la informática –es curioso que no se le encargara a él la confección de la nueva ‘página’ web municipal y haya que irse a triana a hacerla-; Antonio Álvarez, que se gana la vida con la medicina; y Montaña Palacios, a la que el movimiento masivo y sudor de un gimnasio no la cualifica como entendida en gestión deportiva.
Pero no nos engañemos. El problema del Deporte en Talavera no es achacable sólo a los concejales delegados. Un… –uy, me iba a comprometer- …una plaza duracel de personal laboral (según la Ley de Función Pública debería estar ocupada por un funcionario) mantiene en el máximo cargo de responsabilidad a una persona que denosta el grueso de la Familia (la mayúscula es adrede) deportiva de la ciudad y cuyos logros son… -uy, pues ahora no se me ocurre nada. La misma que cuando yo di el paso y creé (con mis compañeros, se entiende) sin apoyos y de la nada una televisión en la que el 80 por ciento de su parrilla era promoción del deporte base movió hilos para intentar que no nos beneficiáramos (?) de los eventos deportivos que organizaba el consistorio de esta ciudad sin pagar de antemano; tiene…-uy, iba a decir cojones- bemoles. Por entonces había un concejal que sabía de deportes y que, sobre todo, tenía dos dedos de frente. Y esa misma persona, entre otras, ha defendido la candidatura de Talavera Ciudad del Deporte 2018, relegando a la que ahora tildan de “coordinadora” del proyecto Talavera Ciudad Europea del Deporte al final de la mesa expositiva. Verguenza ajena.
Me decía hace poco un excompañero suyo de ese partido naranja, ya desteñido, que no estaba “capacitada” para cargo público. Yo apuntaba que “para Deportes desde luego que no”. Porque esta concejalía es más complicada de lo que puede pensarse y requiere patearse todas las instalaciones y todos los entrenamientos para saber lo que pasa y lo que hace falta (qué añoranzas). Y no sólo por el gran deterioro que se produce en las instalaciones deportivas ante su ingente uso y que requiere mucha inversión y los dineros son los dineros. También, porque cada uno tira para su especialidad y hay decenas, y dentro de esa disciplina cada uno se escinde y proliferan los clubes, y todos piden y quieren organizar y mejoras y ser el mejor y…. Por esos intereses, amiguismos y quedabien de esta santa ciudad nunca llegó a darse un golpe en la mesa y terminar con esta sinrazón del divide y perderás. Y así va como va.
A lo que íbamos. La actual concejala de Deportes ha tardado hoy horas en emitir un comunicado con la noticia de la desestimación de la candidatura de Talavera, adornando la nota de prensa con una satisfacción y un optimismo, a mi modo de ver surrealista -soy muy daliniano, qué le vamos a hacer-: sin asumir responsabilidad, sin explicar qué ha hecho ella y su antecesor para sustanciarla, al igual que todavía la ciudadanía está esperando saber qué inversiones se han acometido. Dice e insiste el PSOE que ninguna.
Ya desvelé en el mes de junio en esta misma columna que había un Museo del Deporte itinerante por España (con fetiches de Cruyff, Sabonis, Aspar, Bolt, Nadal, Messi, Neymar…), que Guadalajara (elegida Ciudad Europea del Deporte hoy, lean cómo ha trabajado con antelación, por favor) ya lo tenía y que la organización, repito, la organización, había llamado al Ayuntamiento de Talavera y se lo había ofrecido por ser candidata ACES Europe y sólo debía solicitarlo porque lo traerían seguro habida cuenta de ello y de las instalaciones de Talavera Ferial. Estoy seguro que el periodista que lo gestionaba, el televisivo Ramón Fuentes, no me mintió. Cuando lo escribí estaban esperando la respuesta y lo puse en duda. No me equivoqué.
Una de las pocas citas achacable, o así se vendió, para Talavera Ciudad Europea del Deporte (no valen los logos en la cartelería de competiciones ya planificadas) fue una charla sobre salud deportiva en la que se anunció oficialmente en nota de prensa que tendría lugar en el Centro Cultural El Salvador y era y fue en el Rafael Morales. Un lapsus, cualquiera lo comete.
Talavera ha dejado escapar la Media Maratón y la privatiza impidiendo que atletas populares puedan correr en su ciudad porque 13 euros les supone un gran esfuerzo o directamente no se lo pueden permitir. Se llevará a cabo en noviembre la carrera popular y solidaria de los bomberos por presión de la prensa, de lo cual nos alegramos, tras no sé cuántos aplazamientos…
Por otro lado, escribí en otro artículo de ‘A mi bola’ que todo esto me olía a lo que yo hoy denomino como ‘la avioneta talaverana’, confrontación política con la Junta (o la Diputación) que, parece, es lo que más interesa. Lo dejo en parece porque es lo que parece. O eso a mí me parece. El machaqueo del ‘jas deme algo, jas’, de la educación, de la sanidad… tras la marcha de Cospedal y del no pasa nada con el Edusi, la N-V, el tren, el nodo… tiene haíta, que es más que hartita, a la ciudadanía.
Por lo dicho y más, no parece de recibo que según está la ciudad se pague una liberación sólo para sustituir a la máxima autoridad en el photocall de deportes, que ahí sí hay que poner un sobresaliente y si me apuran matricula de honor con beca vitalicia. Qué barbaro. Un primor.
Empero al final y en definitiva, la culpa es de Podemos Talavera y punto pelota. Por entregar un gran proyecto con visos de ser factible en 2019 ó 2020 en manos de un equipo de gobierno al que le acucia ponerse medallas, que en la sinrazón se metió a competir con candidaturas serias y trabajadas con antelación y que tendrá que explicar, por lo menos, cuánto nos ha costado la gracia. De momento 1.800 por optar a ser candidata, que es lo que cobra ACES Europe de fee o cuota, saber si los tres días de estancia del Comité de Valoración han sido a gastos pagados (es lo lógico) y cuánto, más lo del logo y el vídeo que como es habitual se ha adjudicado sin publicidad y dicen las malas lenguas que a amiguetes.
Habrán visto que de dimisiones no he hablado, para qué.
