Desde hace unos días la azulejería del siglo XVI del pórtico de la Basílica del Prado ha sido total y perfectamente tapada con paneles de contrachapado. Su deterioro era patente y las reclamaciones para una actuación se acumulaban.
Fue el 3 de octubre cuando la Concejalía de Patrimonio solicitó un informe del estado de esos murales de cerámica, informe que sigue sin ver la luz. Ante la dilación, en el mes de diciembre y con asesoramiento profesional, se aplicó una masilla para la consolidación de diez azulejos que corrían peligro de desprendimiento.
El pasado 25 de enero nos hacíamos eco del destrozo de uno de los azulejos, concretamente el del diablo de la escena de las tentaciones, que había sido machacado con un objeto punzante. Poco después han llegado los paneles de contrachapado lo que indica que la restauración de una de las obras más importantes del patrimonio talaverano va a ir para largo. Ya son cuatro meses elaborando el informe, y luego habrá que aprobar el proyecto, adjudicarlo y realizarlo, sin olvidar que habrá que tener la partida presupuestaria para tal fin.
Y claro, las críticas no se han hecho esperar, sobre todo por parte de las personas asiduas al emblemático templo de la Ciudad de la Cerámica que si bien entienden que los murales necesitaban con urgencia una actuación, por el paso del tiempo y la acción de los vándalos, demandan información y plazos y no se explican que los profesionales encargados de hacer el informe puedan tardar tanto tiempo en redactarlo.