Todas las previsiones para el inicio de las obras de urbanización de la II Fase del polígono Torrehierro siguen sin cumplirse y a esos trabajos aún les restarían varios meses para comenzar.
Sin retrotraernos más allá de mediados de 2017 -han pasado 12 años desde el primer compromiso y casi dos desde la firma del acuerdo-, ni en noviembre ni en diciembre ni en marzo esa actuación tan necesaria para que la ciudad disponga de suelo industrial ha visto comenzar su tramitación y todavía se va a demorar dos semanas más y las obras mínimo dos meses, en el mejor de los casos y debido a la urgencia.
De momento será el 2 de marzo cuando se entregue en el Consejo de la Sociedad Entidad Pública Empresarial de Suelo (SEPES) el proyecto de urbanización con la pertinente modificación puntual del Programa de Actuación Urbanística (PAU) que fue requerida por la estatal y aprobada este jueves por la Junta de Gobierno Local de Talavera. Una modificación necesaria para la ordenación y urbanización de terrenos clasificados como suelo urbanizable no programado para la realización de unidades urbanísticas integradas.
A partir de esa fecha se iniciarán los trámites de licitación de las obras, que conllevan publicación, recepción de ofertas, valoración y adjudicación.
Al final la urbanización se desarrollará sobre 170.000 metros cuadrados de los 1,9 millones disponibles, una superficie útil insuficiente puesto que se verá mermada significativamente por los espacios dotacionales comunes.
La actuación cuenta con un presupuesto de 4 millones de euros de los cuales cerca del 20 por ciento será sufragado por el consistorio talaverano.
Por último, cabe señalar que todavía no se ha desvelado cuánto, cómo y quién sufragará la subestación eléctrica necesaria para dotar a todo el sector de electricidad y que el alcalde de la ciudad, Jaime Ramos, cifró en 4 millones de euros, ni qué pasará con el IBI que no ha pagado Sepes a lo largo de todos estos años.