Cerca de mil personas, pertenecientes a ANPIER (Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica), han clausurado este sábado en Toledo la IV edición del Camino del Sol.
Una jornada reivindicativa donde las más de 60.000 familias que pertenecen a esta asociación, que agrupa a los pequeños productores de energía fotovoltaica, están reclamando por toda España seguridad jurídica, después de que muchas de ellas se vieran afectadas económicamente por las políticas de recortes en materia de renovables.
En su día, desde el Gobierno nacional, se les solicitó y facilitó que invirtieran sus ahorros en el desarrollo y generación de energía solar fotovoltaica, para tan sólo dos años después, y una vez conectadas las instalaciones, con cambios retroactivos, sufrieron recortes de hasta el 50% en las retribuciones.
Hoy, en Toledo, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha querido apoyar lo que considera “justas reivindicaciones”. El director general de Transición Energética, Manuel Guirao, les ha trasladado “el compromiso de Emiliano García-Page para impulsar las renovables y la eficiencia energética frente al Cambio Climático en toda región, y la apuesta del Ejecutivo por las energías limpias”, en contraposición a los recortes sufridos en estas materias en pasadas legislaturas por parte del Gobierno estatal. En este sentido, ha señalado Guirao, “nuestra región es un ejemplo”.
Castilla-La Mancha es una potencia en renovables, y ha ido creciendo exponencialmente durante la pasada legislatura de Emiliano García-Page hasta situarse a la cabeza del país.
La región es la primera comunidad autónoma en potencia instalada de producción fotovoltaicas con 1.360 MW en las más de 12.000 instalaciones de fotovoltaicas que hay en su territorio. En 2015, cuando gobernaba la región el Partido Popular, la producción era de 923 MW.