El juicio que este lunes estaba previsto que comenzara en la Audiencia Provincial de Toledo contra un octogenario acusado de matar a su hermano a golpes con una pala, tras una discusión en la vivienda que compartían en la localidad de Hontanar, y para el fiscal pide una pena de catorce años de cárcel, ha sido suspendido a causa de la pandemia por Covid-19.
Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, la Audiencia provincial de Toledo ha decidido la suspensión oficial del juicio con jurado y ha notificado la misma a todas las partes porque el centro penitenciario donde está el acusado presentó un escrito para comunicar el confinamiento de la prisión de Ocaña I por Covid-19, lo que afectaba también al traslado del preso previsto este lunes para la celebración del juicio.
La Audiencia de Toledo señalará de nuevo el juicio para otra fecha una vez solventadas estas dificultades.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los dos hermanos, de 86 y 83 años de edad, solteros y sin hijos, vivían en el mismo domicilio y, sobre las 21:00 horas del 23 de marzo de 2019, comenzaron una discusión cuando uno de ellos le pidió al hermano que bajara la temperatura del brasero.
En ese momento, el acusado cogió la pala que tenían para retirar las cenizas de la chimenea y golpeó a la víctima repetidas veces en los brazos, las piernas, la cara y la cabeza, donde le propinó un golpe con el filo romo de la pala que le ocasionó una herida abierta.
Le dejó tirado en el suelo
Tras la agresión, el procesado abandonó la casa y dejó tirado en el suelo, y sangrando, a su hermano, sin prestarle auxilio, dice el fiscal, que añade que luego llamó por teléfono a una amiga de la familia desde el domicilio de otro hermano.
Cuando éstos fueron a ver qué había pasado, encontraron al anciano malherido y ensangrentado y éste les relató lo ocurrido.
Fue trasladado en una UVI al hospital, donde fue operado de urgencia, pero falleció al día siguiente.
El fiscal indica que el acusado es “una persona con inteligencia que razona, y con inteligencia suficiente para comprender la ilicitud de su conducta, si bien tiene deteriorado el control de los impulsos”.
Considera que los hechos constituyen un delito de homicidio, en el que concurren las circunstancias agravantes de la responsabilidad criminal de parentesco y de abuso de superioridad, así como las circunstancias atenuantes de confesión y por razón de trastorno mental, por todo lo cual solicita una pena de catorce años de prisión.
