Está visto y comprobado que algunos no pueden evitar la tentación de escribir sus memorias. Un día sí y otro también comprobamos como ciertos políticos aprovechan su retiro para plasmar sus historias en ejemplares que tienen más fuerza en las promociones que realizan en los medios de comunicación que a la hora de adquirirlos en las librerías.
Aquí, en esta Talavera de nuestros pecados, también un exalcalde anda ocupado en escribir un libro. Se trata de Isidro Flores. Dice que aún no sabe si publicará su obra o no, pero apunta que está basada en las realizaciones que cuajó en los tres años que estuvo al frente de la Alcaldía de la Ciudad de la Cerámica.
El libro, además, dispone de una gran documentación de lo que publicaron los periódicos locales y revistas en el trienio que Flores ocupó la presidencia de la corporación municipal talaverana. Eso sí, debo de reconocer que la noticia me ha decepcionado un poco, pues esperaba que se expusieran algunos episodios que han sido capitales para el PSOE en esta parte de la provincia.
Según las propias palabras de Isidro, en el libro no se apunta nada de aquellas guerras internas que, primero, acabaron con Tello fuera de la Agrupación Socialista o que después descabalgaron a Javier Corrochano de la Alcaldía, sin olvidar algunas que otras rupturas entre el mismo Flores y personas que él tildó de su máxima confianza.
Isidro Flores López tiene una larga vida política a sus espaldas, pero a él le interesa plasmar los logros que consiguió como alcalde. Algo que, como está comprobando, aparece en la hemeroteca. Los lectores quieren saber lo que ocurrió entre bastidores para que se dieran aquellos cambios en el PSOE y del que fue especial protagonista este hombre nacido en el verano de 1946 en El Casar de Talavera.
Sus cargos
Maestro de profesión –ejerció la docencia en Villafranca de los Caballeros, Parrillas o Talavera-, Isidro Flores se afilió al PSOE en junio de 1976 y se dio de baja en 2011 para fundar, algunos años después, otro partido: Cota. Bajo la bandera socialista ocupó cargos como concejal de Parrillas, concejal de Talavera, diputado provincial, alcalde de Talavera –desde 1992 hasta 1995- y diputado nacional desde 1989 a 1993.
Además, fue secretario general de los socialistas talaveranos en unos años, una excepción en el partido, en el que no tuvo a nadie enfrente y en los únicos que fue discutido por el denominado sector corrochanista porque los seguidores de Pablo Tello ya se había marchado. Como secretario general hizo dos cosas por las que la militancia le recuerda: la compra de la sede del PSOE y la devolución de los carnets a algunos afiliados que habían sido expulsados por su oposición a Tello.
Fue candidato a la Alcaldía talaverana en 1995 y su derrota hizo que el PP accediera por primera vez al gobierno del Ayuntamiento. Isidro Flores se enfrentó en esa campaña a muchos imponderables. Tenía enfrente a un buen número de los medios de comunicación de la ciudad, el PSOE a nivel nacional estaba a la baja, muchos simpatizantes socialistas apoyaban a la Actal de Tello y Gamonal –tradicional feudo del PSOE- no acudió a las urnas en protesta porque no se concedía a este núcleo urbano la categoría de EATIM. Flores, inexplicablemente, ante la generaliza opinión de otros miembros del partido quería que continuara como barrio.
Además, una vez conocido los resultados, Pablo Tello puso sobre la mesa una serie de condiciones para dar su apoyo a los socialistas en vez de al PP y una de ellas era la dimisión de Isidro Flores, algo a lo que no accedió la Ejecutiva Provincial tras mantener un encuentro el entonces secretario provincial, Emiliano García-Page, con el propio Tello.
Pero también fue curiosa su llegada a la Alcaldía. La candidatura socialista la encabezó cuatro años antes Javier Corrochano, que ya había sido el alcalde tras la moción de censura a Luis Antonio González Madrid. Pablo Tello, que ya se había desligado del PSOE, propuso como candidato-como condición de su capital apoyo- en un primer momento al que entonces era secretario general del partido, Mesías Vicente Núñez, pero éste se negó y llegó la alternativa de un hombre joven como Corrochano.
Llegada a la Alcaldía
Así, que el PSOE se presentó en 1991 con Corrochano como candidato pero con una lista que, en los puestos de salida, únicamente figuraban dos corrochanistas: Juan Sánchez Ostos y Julio Bernardo. Los demás eran del aparato y mantenían una excelente relación con Flores forjada en la lucha contra Tello. Una candidatura en la que ya apareció José Miguel Camacho, que fue el más firme apoyo de Isidro en los años venideros.
Ya en el cierre electoral, que se realizó en una conocida discoteca de la ciudad, flotaba en el ambiente que, primero, el PSOE ganaría las elecciones, que debería pactar con IU para gobernar y, lo peor, que Javier Corrochano estaba sentenciado porque tenía el partido en contra y parte del movimiento vecinal que acabó en Nosotros Talavera. Meses más tarde, Corrochano tuvo la dignidad de dimitir y volvió al primer plano político diez años después para ocupar cargos de la importancia como el de delegado de la Junta en Toledo y subdelegado del Gobierno antes de volver a ser candidato a la Alcaldía en la pasada legislatura.
Isidro Flores fue tres años alcalde de Talavera. Sus logros los cuenta en el libro que escribe y no sabe si publicará. Tuvo sus aciertos y sus errores. Y algunos piensan que una de las decisiones que le costó la derrota –quizá porque en ello apoyó parte de su campaña el PP- fue la de sacar el Mercado de Ganado de la Alameda al Polígono Torrehierro. Curiosamente, años después, el PP regaló el recinto a una empresa particular sin que el consistorio percibiera ni uno solo céntimo. La operación se hizo apoyada en que esto reportaría puestos de trabajo, luego fueron mínimos y ocupados por familiares del algún técnico municipal y de ediles.
Tras la derrota electoral, Isidro Flores ejerció como jefe de la oposición hasta que dejó la tarea a su amigo José Miguel Camacho, su fiel escudero y que le sustituiría en la Secretaria General del PSOE. Ambos mantienen buenas relaciones, tal vez Flores piense que él ha hecho más por Camacho que este último por él, pero gracias a los oficios de Camacho –entre otras cosas- el hijo de Isidro, Luis, se convirtió en concejal en 2012.
Otro de los mayores errores de Isidro Flores lo cometió al final de su carrera política. Fundó Cota en 2011 como eslabón final a una cadena de críticas a los dirigentes socialistas y fue expulsado del partido. En 2016 solicitó su reingreso en el PSOE, pero su petición duerme el sueño de los justos en algún cajón de los que se encuentran en la sede que el adquirió cuando era secretario general.
Con estas líneas he tenido el atrevimiento de apuntar a Isidro Flores algunos asuntos de interés para el libro que escribe. Pero me temo que no me hará caso y seguirá en sus trece de solo plasmar las obras que él firmó como alcalde. Él siempre ha sido algo cabezón, aunque, eso sí, una persona honesta. De todas formas, la decisión de Isidro me ha servido para aprovechar este domingo y contar un poquito de historia del PSOE talaverano. Qué pena que lo hagan aquellos que la vivieron en primera persona.