La Federación del Taxi de Castilla-La Mancha ha pedido al presidente regional, Emiliano García-Page, ayudas directas y a fondo perdido, como en otros sectores, para paliar la “difícil” situación que atraviesan a causa de la crisis generada por la pandemia del coronavirus.
El colectivo desvela que los servicios de los autónomos del sector del taxi en la comunidad autónoma han caído un 90 por ciento.
En un comunicado de prensa remitido este miércoles, la Federación Regional del Taxi ha informado de la solicitud que ha realizado a García-Page y ha explicado que las ayudas puestas en marcha, tanto a nivel nacional como regional, para pymes y autónomos exigen que se haya cesado la actividad totalmente o bien haya tenido una importante caída de su facturación.
Sin embargo, para el sector del taxi el acceso a estas ayudas es “muy difícil” puesto que al ser un servicio esencial no han cesado totalmente la actividad y tienen “muy difícil” justificar la caída de ingresos debido a su modelo de tributación.
Según los datos que ha aportado la Federación, durante los últimos meses el sector del taxi ha sufrido una reducción de los servicios prestados a nivel regional en torno al 90 por ciento.
Tradicionalmente se trata de un sector compuesto básicamente por autónomos que, a menudo, se topa con “tremendas dificultades para ser competitivo y hacer frente a situaciones de ilegalidad como son el intrusismo y la competencia desleal”.
El taxi castellanomanchego funciona con sus propios recursos y sin ayudas de financiación por parte de la Administración, como sí ocurre con otros modos de transporte de viajeros, pero esto no es óbice para que se consigan altos estándares de disponibilidad y calidad, garantizando la movilidad de las personas, ha señalado el comunicado.
El taxi rural en Castilla La Mancha (que suma más de 800 licencias) es fundamental para garantizar que cualquier persona, independientemente del estrato social al que pertenezca, pueda acceder a los servicios básicos esenciales a los que cualquier ciudadano tiene derecho, evitando, de esta manera, la despoblación de los núcleos rurales en busca de esos servicios.
La situación del sector es “crítica y crónica”, han resaltado los taxistas, desde que en el año 2012 se suprimió el traslado en taxi de los enfermos renales a los centros de diálisis, con lo que una parte de los taxistas subsiste gracias a las rutas escolares complementarias que se realizan.