El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha decretado la suspensión de todas las procesiones de la Semana Santa programadas en la capital castellanomanchega por la pandemia de la covid-19, por lo que Toledo se quedará por segundo año consecutivo sin procesiones en las calles.
Así se lo ha comunicado el delegado de religiosidad popular, hermandades y cofradías del Arzobispado, José Antonio Martínez, a todas las hermandades y cofradías de Toledo en una carta que ha sido también enviada a los medios de comunicación.
En la misiva, ha lamentado que la situación de la evolución de la pandemia vuelve a obligar a “vivir la Semana Santa de manera distinta” de nuevo este año y, como en 2020, vivirán los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesús en los templos y en los hogares, ya que “por motivos de seguridad” no podrán salir a la calle.
Semana Santa sin procesiones
“Semana Santa sí tendremos, no así procesiones”, ha recalcado, al tiempo que ha animado a las cofradías y hermandades a buscar la forma para que los cofrades puedan rezar delante de sus sagrados titulares en sus sedes canónicas, y que para ello lo estudien con los consiliarios, para garantizar todas las medidas de seguridad sanitarias.
Asimismo, les ha instado a “obedecer escrupulosamente” las normas establecidas por las autoridades sanitarias “por el bien de cada uno de nosotros y de todos los que nos rodean, especialmente nuestros familiares”, y les ha recordado a los cofrades que, una vez más, les toca “ser piedras vivas” que expresan con sus obras lo que manifiestan en la vía pública con las procesiones y las estaciones de penitencia.
La Semana Santa de Toledo está declarada de Interés Turístico Internacional, desde 2014.