La polémica generada entre las ciudades Toledo y Palma, tras eliminar del callejero palmesano a la capital castellano-manchega, se cerrará con el nombramiento de otra vía o plaza en reconocimiento de Toledo como Cuidad Patrimonio de la Humanidad.
Este lío comenzó este lunes cuando el Ayuntamiento de Palma anunció el cambio de nombre a una docena de calles de simbología franquista, de acuerdo con la Ley de Memoria Histórica aprobada en el Parlament balear en 2018. Una de ellas es el Carrer de Toledo.
El Ayuntamiento de Palma, gobernado por el socialista José Hila, ha explicado que se suprime porque fue rotulada el 1 de diciembre de 1937 en homenaje a la resistencia del ejército nacional en el Alcázar de Toledo al inicio de la guerra civil.
El caso, es que cualquier viandante que pasee por esta sencilla calle del barrio de La Vileta de Palma, en las afueras de la ciudad, solo lee Carrer de Toledo, sin más historia ni fecha que lleve al recuerdo del asedio del Alcázar por unos y defensa por otros.
El cambio de nombre ha causado evidente malestar a la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, también socialista, que ha hablado con el primer edil palmesano para quejarse porque la capital de Castilla-La Mancha está “muy por encima de batallas de la Guerra Civil”.
Hila entiende los argumentos
“Toledo es la ciudad de las tres culturas y es patrimonio de la humanidad”, ha resaltado la alcaldesa toledana, que ha afirmado que Hila le ha dicho que entiende sus argumentos.
Tras varias charlas telefónicas, los dos alcaldes han acordado que Toledo contará en un futuro con su calle o plaza en la capital de las Islas Baleares como Ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
Pero el actual Carrer de Toledo pasará a llamarse Carrer de Rafael Valls, un falso converso judío ajusticiado en el siglo XVII.
El alcalde de Palma, ha relatado Tolón, le ha explicado que este cambio de nombre de calles no depende del Ayuntamiento de Palma, sino de la comisión balear que vela por cumplir con Ley de Memoria Histórica balear y borrar cualquier recuerdo del franquismo.
Tolón ha considerado que no es momento de crear enfrentamiento entre ciudades: “Toledo significa tanto en la historia de España y de Europa como ciudad de consenso, de las tres culturas, ciudad patrimonio: episodios fatídicos ha habido muchos en la historia de Toledo y de cualquier ciudad, pero el nombre de Toledo tiene que estar por encima de todos”, ha defendido.
